Una Media Veda atípica este año, en la
cual no teníamos ninguno de los tres tarjeta de coto de codornices y que a la postre,
viendo la escasez generalizada que hubo por las zonas que habitualmente cazamos,
pues el pesar fue menor…
Afortunadamente, si pude acompañar a Aitor, hasta la montaña en tres ocasiones y al menos disfrutar de un puñado de lances, muy escasos…pero de muy buena calidad 😉
Aprovecho la ocasión, para hacer referencia a una nueva forma de denominar a las codornices, que he escuchado y leído en Facebook, que me parece muy acertada y merecida. Me subo al carro de mostrar mi respeto al Hada del Campo; siempre me ha parecido una caza muy exigente para los perros (condiciones del terreno y climatología, entre otros factores) y sacrificada para el cazador (buenos madrugones, muchos kms y demasiadas horas muertas entre turno de mañana y tarde).
En mi humilde opinión, creo que mucha gente que desprecia o desmerece esta modalidad; se debe a que no la practica y erróneamente piensa que son como las de granja o cree que su caza es como antaño; lo único que tiene de “sencillo” en comparación a otras modalidades de caza menor con perro, es el tiro y la cantidad que suele haber de piezas en un espacio “reducido” (como podéis ver he entrecomillado “sencillo” y “reducido”).