No ha sido un
mes para tirar cohetes, para que nos vamos a engañar; pero a base de horas y
horas y caminar y caminar, alguna pieza fue apareciendo.
La primera
mitad del mes invertimos la mayoría de las jornadas de caza en la montaña,
donde finalmente pudimos hacernos con alguna perdiz, se dejó ver algún bando
más generoso en ejemplares y alguna conseguimos llevar al morral.
La segunda
mitad del mes, destinamos las jornadas de caza, casi en su totalidad, a la
arcea, tanto por Asturias, como por León, incluso una visita a la reserva de
caza del Saja. Habíamos visto alguna pitorra por la montaña, pero con resultado
favorable para ellas. Salvo en una ocasión, en una jornada compartida con
Pepín, que después de jugárnoslas dos arceas, la tercera se vino para casa. Pepín
que estuvo todo el mes por la montaña, siguió echando alguna más por esas
altitudes y pudo hacerse con algunas. En León, en el roble, comenzamos a echar
alguna pitorra los últimos diez días del mes, que se animó un poco el tema,
pero para las fechas y la zona; no está siendo un año memorable. Por Asturias,
es donde menos jornadas de caza hemos disfrutado este mes; tan solo un par de
salidas; la primera cerrada con un clavo; echamos un par de arceas, pero
ninguna se fue al morral y la otra, parecida en avistamientos, pero con mejor
resultado, pudiendo abatir las tres arceas que vimos.
A continuación,
os voy a detallar alguna jornada de este mes y os comparto alguna instantánea
de este periodo.
Domingo 13: Buen día para la montaña, nublado,
frío y sin precipitación…bueno para los perros, bueno para los cazadores 😉 Pronto tocamos
rastros de un bando de perdices, pero como suele ser habitual con este bando,
sólo nos dejan la mierda…incapaces de verlas; estar, están; pero incapaces de
hacerlas volar; cierto es, que la zona donde se encuentran es favorable al
doscientos por cien para ellas. Mas entrada la mañana visitamos una zona, donde
hacía unos días habíamos tocado de otro bando, perros en muestra, pero no las
habíamos llegado a ver, hoy comprendimos el motivo. Llegamos a la zona y pronto
se quedan en muestra los perros, Bassucu, Fabio, Levín y Otto…nos vamos
acercando Aitor y yo, y de repente, se levantan las perdices, un bando de 6
perdices; a unos cuarenta metros por delante de los perros y unos cuantos más
de nosotros, por lo tanto sin opción a tiro, actuando así, imagino que morirán
de viejas, pero no por plomo. A media mañana los perros nos volvieron a brindar
un bonito lance, con un trabajo impecable por su parte, raro para estos chuchos
que tenemos, pero bueno…a veces nos sorprenden. Realizaron una excelente guía a
un bando de perdices en un escobal bastante tupido, cuando finalmente las
perdices emprendieron vuelo, resultaron ser solo cuatro, que de todos modos, no
nos dieron opción a nada. Por la tarde estuvimos entretenidos detrás de otro
par de bandos, y esta vez, al menos pudimos apretar el gatillo. El primer bando se volaron solas, las
escuchamos y las pudimos ver en la lejanía, fuimos en la dirección que volaron
y se fueron a juntar con otro bando. En esta ocasión fue Fabio quien las
localizó y mostró; pero no llegamos a distancia de tiro, y nos parecieron más
de las que habíamos visto inicialmente; una vez vistos los rastros, sacamos en
conclusión lo de que se habían juntado y así fue, también porque a base de revolver
para adelante, atrás, arriba y abajo, fueron apareciendo algunas sueltas,
gracias al buen trabajo de Fabio. Finalmente pudimos hacernos con un par de
ellas, mejor dicho, Aitor; que yo fallé la que me dio media oportunidad.
Intentamos dar con el bando que se había levantado sin haberles llegado a tirar,
pero nos fue imposible volver a echarlas; la verdad que viendo la dirección que
tomaron, se habían metido en el infierno; no las saca de allí nadie.
Jueves 17: Otro buen día para cazar por la
montaña, aunque las perdices no nos dieron opción y cuando nos la dieron, no la
aprovechamos. Echamos relativamente pronto un bando, bueno…se echaron ellas
solas, ni los perros, ni nosotros estábamos “cerca”, de hecho, las vimos de casualidad
cuando canteaban una peña; viendo donde iban…ni intentamos buscarlas. Más
avanzada la mañana tuvimos en muestra a Gitana y a Haie por una zona, donde
solemos echar perdices, pero que raramente nos dan opción al tiro; y hoy fue
uno de esos días ¡jejeje! Al comienzo de la tarde Haie localizó un bando en una
zona del coto que no habíamos tocado aún esta temporada, grata sorpresa, porque
el año pasado, sólo habíamos visto alguna perdiz suelta por la zona; pero en
esta ocasión se levantaron unas seis, siete perdices. La perra lo hizo muy
bien, pero las perdices no nos dejaron recortarles a penas veinte metros, desde
que el mando vibró indicando que Haie estaba a noventa metros en muestra; así
que verlas volar y nada más. Se metieron en un leñero que para qué contaros,
logramos volver a echar alguna, pero solo de oído…ni ver, ni mucho menos tirar.
Cuando ya solo nos quedaba una zona por mirar, antes de retornar hacia el
coche, comenzamos a ver rastros frescos e inmediatamente Gitana se quedó en
muestra; me acerco a ella y me sale un bando a morir; lo que llevaba esperando
desde el veintitrés de octubre; diez, doce rubias levantando a cinco metros del
hocico de la perra; ni una ¡¡ni una!! Aitor en ese momento estaba un poco
alejado no le había dado tiempo llegar al lance, llegó para escuchar mis rezos.
Vamos en busca de una que se había tirado relativamente cerca, la localiza
Gitana y Haie y esta vez conseguimos abatirla, un macho de medio kg y unos cien
años 😉
Nos dirigimos en busca del bando, pero erramos en como entrar la canal donde
nos parecía que podían estar y cuando las localizaron las perras; estábamos
fatal y no pudimos tirarles.
Jueves 24: Hoy tocaba pitorrear…y pronto en la
mañana tuvimos un par de lances, dos lances que se quedaron en nada. Un par de
muestras de Bassucu, en dos zonas muy querenciosas, pero que lo único que había
era mierda y no fuimos capaces de volver a echarlas. Bien entrada la mañana,
Bassucu volvió a quedar en muestra, cuando estábamos llegando a su posición,
rompe la muestra y seguidamente, unos metros más allá, se queda Fabio; nos
acercamos a la zona; ya estaban con él, Bassucu y Otto a patrón; emprende la
huida la pitorra y de un buen segundo disparo Aitor se hace con ella. Un rato
después, desconocemos de donde, nos sobrevuela una arcea ladera abajo,
imaginamos que los jovenzuelos, que andan un poco alocados, algo tendrían que
ver…pero tampoco podemos asegurarlo. Vamos en su busca y es localizada por
Bassucu, Otto se acerca, cautelosamente lo sobrepasa y se queda en muestra; Fabio
respeta la muestra de ambos unos metros por detrás. A mí me cogió fatal
colocado, demasiado encima de los perros (viendo que tenía a Otto a dos metros
de mis botas, intentaba ver la pitorra en el suelo), llega Tito, patronea un
instante; pero éste que es algo “impaciente” intenta resolver y no levanta
vuelo nada; los veteranos pronto le dan salida al peón, ladera arriba y unos
cuantos metros por delante levanta vuelo la pitorra, pero consigo alcanzarla de
un disparo. Al rato, relativamente cerca de éste lance, Fabio se queda en
muestra a unos setenta metros ladera arriba, pero cuando vamos llegando rompe
la muestra, no llegamos a verlo puesto, ni tampoco nada volar; así que seguimos
ruta. Pero al rato, Fabio vuelve a quedarse en muestra más arriba aún en una
matuca de cuatro robles, en medio de una campera; llegamos a él y nos colocamos;
viendo la muestra del perro, la tiene a un metro del morro. El resto del equipo
canino están por ahí y no participa ninguno; hasta que decido tirar una piedra
y justo entonces llega Tito, sale detrás de la piedra y casi pisa la arcea, que
levanta vuelo y es abatida por Aitor. El resto de la jornada no tocamos ni
rastro y aprovechamos hasta última hora; imaginamos que tuvimos la suerte de
dar con estas tres pitorras que estaban relativamente cerca; ya que entre la
primera y la tercera habría quinientos metros como mucho; y el resto de la
jornada (cuatro horas) no tocamos ni rastro.
Martes 29: Hoy disponíamos de un par de
permisos para cazar en la reserva del Saja, Aitor en un lote y yo en otro. A
priori buenas zonas, buena fecha y viendo que parecía que se avecinaba un
frente y cambio de tiempo, quizás podíamos ver alguna sorda. Aitor estuvo
entretenido intentando dar caza a tres sordas que echó, gracias al buen trabajo
de Fabio y Haie; pudo finalmente hacerse con una. Por mi parte, estuve también
bastante entretenido; hoy me llevé solo a Gitana, a ver si este año ya coge la
alternativa
y hoy estuvo a la altura de mis expectativas; cierto es, que
el cazadero era bueno de andar, había caza y los lances fueron espaciados, pero
continuados en la jornada. Al adentrarnos en el monte, ya tocó de rastros de
pasteo la perra, y por un instante, creí que la primera no se iba hacer de
rogar mucho cuando vi a Gitana en muestra contra una orilla de pradería y
monte, que ponía “arcea segura” ¡jejeje! Una vez que ya nos adentramos
en el bosque, la perra cazó bien y no tardó mucho en localizar lo que podría
ser la primera de la jornada, muestra Gitana a unos ochenta metros de mí,
ladera arriba; pero rompió la muestra antes de que llegase a ella, y ni vi, ni
escuché nada; así que seguí ruta. Un rato después, Gitana se quedó en muestra,
apuntaba a un acebo de buen tamaño y bastante tupido; tenía que escoger, cubrir
un lado u otro; cuando levantó vuelo la sorda estaba en el acebo contiguo; del
lado que no cubría ¡jejeje! Nos fuimos en su busca y de camino me encontré con
otro cazador; justo acababa de tener sus perras en muestra, pero no la había
visto levantar, todo apuntaba que era la que instantes antes había echado.
Estuvimos charrando un poco y seguimos ruta; por cierto, gente con la que te
encuentras en el monte y da gusto compartir un rato de charla. Pronto me vuelve
a indicar el mando que Gitana estaba en muestra unos sesenta metros ladera
arriba y cuando iba acercándome, ya escucho al cazador que me había encontrado
avisarme, ¡asturiano! ¡asturiano! ¡las perras están puestas aquí! Muy
amablemente me cede la posición ventajosa para tirar y él realiza el trabajo
“sucio” de arrimarse a las perras y hacer levantar la sorda, que abato de un
disparo y que cobra su perra. Un placer haber coincidido, señor Iglesias. Cada uno sigue su ruta y al medio
día, Gitana vuelve a poner otra sorda; esta vez me aproximo a ella y justo
cuando llego, levanta vuelo unos metros por delante, pudiendo hacerme con ella.
Hasta casi última hora no volvimos a tocar rastro; pero Gitana hoy quería darme
la oportunidad del cupo y volvió a ponerme otra sorda. Cuando llegué a ella y
la vi; ya me parecía que el resultado iba depender de la ruta de huida de la
sorda; una zona muy espesa de acebos, la perra apuntaba a un lateral, cubrí esa
zona…pero la sorda apeonó y levantó por el otro lado; cuando logré verla le
tiré un par de tiros, pero sin fortuna. En la rebusca se levantó sola y ya no
nos dio opción a un tercer levante, por la hora que era y la ruta que cogió.
Lástima no haber podido dar la recompensa a Gitana, que hoy realizó un buen
trabajo; no como el dueño 😉