Este fin de semana largo prometía…tres días de caza para
intentar capturar la primera arcea de la temporada; pero esta temporada se está
haciendo de rogar. Al menos ya hemos echado una el viernes, aunque con la
climatología que nos está acompañando no presagio, al menos, un buen inicio de
temporada por Asturias.
El viernes nos fuimos hasta León a ver un coto de montaña en
el cual había disponibilidad de tarjetas, con la intención de pagar y quedarnos
a cazar si nos gustaba, pero no fue así. No era lo que esperábamos y al no
verlo claro, nos volvimos para Asturias. Aún nos dio tiempo a cazar cuatro horucas,
y estuvieron animadas, puesto que tuvimos la fortuna de echar la primera arcea
de la temporada, muy bien trabajada por Lola, pero la impaciencia de Kasín, hizo
que mi compañero no tuviese una buena posición para tirar y erró el único tiro que
pudo efectuar; yo viví el lance desde la lejanía, escuchando, primero el
beeper, luego el tiro y posteriormente los cagamentos de Pepín ¡jejeje!
De segundas ya no dio opción ni al tiro; aunque nos animó la tarde,
puesto que estuvimos buscando durante el resto de la jornada, pero sin éxito.
Por cierto, vaya asco de día, fuerte viento y un calor agotador y sofocante.
El sábado, aunque sin muchas esperanzas de encontrarla de
nuevo, fuimos al mismo sitio en busca de la becada del día anterior, pero lo único
que cazamos fue la primera gran mojadura de la temporada y ni rastro. Visto lo
acontecido, decidimos dedicar el domingo a secar los huesos y hacer un poco de
vida familiar.
¡El jueves más, y si puede ser… mejor!
¡El jueves más, y si puede ser… mejor!
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