martes, 7 de noviembre de 2017

SEMANA 44




Miércoles: posiblemente una de las últimas jornadas en la montaña para mí de esta temporada,  a partir de ahora habrá que cambiar la Reina, por la Dama ;-) Estas jornadas han sido entretenidas y sobre todo muy provechosas para los dos más jóvenes de casa, Levín y Pirlo. Hoy con una climatología casi perfecta para la montaña, conseguimos echar un par de bandos, pudiendo bajar una perdiz de cada bando. En el primero, muy bien trabajado por Vito y Levín, el más joven poniéndonos en alerta con rastros, pero se equivocó y los cogió al revés; minutos después era el veterano quien nos ponía en la dirección correcta y al rato su collar comenzaba a pitar, instantes después el de Levín hacía lo propio y mientras, los jovenzuelos, Fabio y Pirlo, por allí andaban. Nos cogieron un poco alejados, pero por fortuna un par de perdices huyeron en la dirección equivocada y Aitor se hizo con una de un buen disparo; la otra no pudo ser por culpa mía, ya que debido a mi posición, no pudo realizar un disparo adecuado. El segundo también fue Levín quien comenzó con la faena, pero imprevisiblemente fue el joven Pirlo quien mostró el bando, y finalmente, el una vez más infalible, Vito, quien resolvió la jugada y Aitor volvió a hacer blanco en una, esta nos costó un buen rato cobrarla, pero finalmente terminó en el chaleco. Agradecer estas salidas a la montaña a Aitor, ya que Pepín no está disponiendo de tiempo esta temporada para salir al monte y estoy acompañando “al de los bretones”.
Pirlo con su recompensa.
Levín con las perdices
Vito con las perdices
Aitor sirviendo la muestra de Pirlo y Vito
















 
 

Sábado: hoy recuperamos a Pepín, ya se le echaba en falta ;-) Por la mañana nos dividimos el cazadero por una parte Pepín, vio rastros de una arcea, tuvo a Samba y Wolf en muestra en otra ocasión, pero finalmente no vio nada. Y por otra parte, Aitor y yo, que también vimos rastros de una arcea de días anteriores, pero no dimos  con ella. Cuando ya dábamos por infructífera la mañana, Orange comienza a dar rastro y muestra, llega Cleo y hace lo propio; Aitor se queda cubriendo los perros y yo me alejo para cubrir otra posible salida de la arcea; en ese momento Aitor me dice que también llegó Pirlo y se ha quedado en muestra; pero mientras acontecía todo eso, comenzó a sonar el collar de Levín unos treinta metros más alejado del lance; así que decidimos que me voy a cubrir a Levín y Aitor se queda con los otros; cuando llego al perro me lo encuentro de cara, tumbado contra una rama tirada en el suelo y por la expresión del perro, daba la sensación que la tenía a una cuarta y así fue; llegó Cleo que se quedó en muestra enfrentada a Levín y seguidamente la arcea emprendió la huida, me salió perfecta…tres tiros y a criar ¡jejejeje! la pandereta que acaba de fallar, ¡increíble!. Vamos en su busca y en pocos minutos el collar de Cleo comienza a sonar, Aitor se acerca a la perra por un costado y yo desde abajo; llega Levín pone, Pirlo no hace lo propio y decide que ya llevan demasiado puestos, así que resuelve, afortunadamente un buen disparo y acierto; Orange cobra y conseguimos hacernos con ella. Por la tarde repartimos otro cazadero de igual forma, y el resultado fue parejo; a última hora Orange comienza dar mucho rastro en una zona y sin dar margen al perro a nada, salen unos cuantos metros por delante un par de arceas juntas, una se tapa rápidamente, pero consigo hacerme con la otra de un buen disparo, Orange, una vez más haciendo alarde de una de sus muchas virtudes, el cobro, se la entrega a Aitor y en cuestión de minutos se queda en muestra, tenía la que se nos había escapado, llega Cleo y Levín y ponen también; pero aquí ya nos la había jugado; ya no estaba. En ese momento llegamos a juntarnos con Pepín y entre los tres intentamos dar con ella, pero no hubo suerte.


Domingo: primera visita al Saja de la temporada con mi amigo Laureano, una mañana pasada por agua pero al menos alguna sorda hizo que la mojadura fuese más llevadera. El primero en dar con una de pico largo fue mi amigo, muestra Menta de Castriello y sin apenas tiempo para que pueda colocarse, la sorda sale unos cuantos metros por delante, un tiro y a buscarla; afortunadamente al rato me avisa por walkie que tiene los perros en muestra de nuevo, la tenían delante durmiendo la siesta, la había alcanzado el disparo. Más entrada la mañana Xana se quedó en muestra y justo cuando estaba llegando a ella, la veo levantar la cabeza y echar a correr, pero a mí me resultó imposible verla. Así que seguí en su busca en la dirección que corrió la perra; minutos después el collar de Xana volvía a sonar, cuando la vi, me adelante creyendo que saldría en un claro que había unos metros por delante, pero me la jugó y me salió a mi espalda sin darme opción al tiro, solo escuché el pla, pla, pla y la sombra unos metros más arriba, dediqué bastante tiempo después a su búsqueda pero no hubo forma; tuve en dos ocasiones más las perras en muestra, pero no vi nada. Cuando la daba por perdida (sí es que era la misma) el campano de Bimba deja de sonar unos metros por debajo de mi posición, doy dos pasos en su dirección y casi piso la arcea, la abato de un tiro y Xana la cobra. Mientras tanto mi amigo andaba detrás de otra loca, que echó en varias ocasiones, pudiendo sólo dispararle en una ocasión, pero finalmente la Dama le ganó la batalla.

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