lunes, 13 de noviembre de 2017

SEMANA 45



Martes: hoy nos tocaba cacería en el coto de Cantabria, y la verdad…el viaje, tanto de ida, como el de vuelta sin novedad; el pincho al término de la jornada, excelente y poco más puedo contar. Respecto a lo cinegético NI RASTRO, los perros trabajaron bien, pero nada de nada. El monte parece que está en buen estado después de las lluvias recientes, al menos la superficie; pero los robles tienen muchísima hoja y muy verde, parece que estamos en verano. Quizás le faltan unas semanas para la zona, es cierto, que nunca habíamos ido tan pronto…veremos que acontece en próximas escapadas.


Jueves: un día más tras la dama y de momento, a cuenta gotas para nosotros. Hoy conseguimos descolgar una agachadiza y una arcea, lo que vimos. Si bien es cierto, con dos bonitos lances protagonizados por Orange con la agachadiza y por Cleo con la arcea. Con la agachadiza, no tenemos claro cuanto tiempo llevaría puesto Orange, pero mucho…cuando nos dimos cuenta que faltaba, nos fijamos que estaba puesto en una orilla de un prau con monte bajo, nos dirigimos al perro y esperábamos a la hermana mayor, pero fue la pequeña; que por cierto maté de un buen disparo, raro pa’ mí. El lance con la arcea, comenzó con una muestra de Xana en una zona donde estaba lleno de rastros de una arcea, pero no la vimos, en la rebusca, cuando ya la dábamos por pérdida el collar de Cleo comenzó a sonar y en su dirección nos dirigimos, cuando llegamos a la perra, nos colocamos y esperamos que la arcea levantase vuelo, cuando esto sucedió Aitor se encargó de que no volase mucho ¡jejeje! Excelente trabajo hoy durante toda la jornada de la pequeña Cleo.
 
Sábado: mal día el de hoy, contábamos con echar alguna arcea más, parece que había algo de movimiento estos días, pero una vez más parece que las esquivamos… Sólo conseguimos echar una arcea y ni un rastro más en todo el día. La arcea nos la puso Xana, tanto Pepín, como yo llegamos bien a la perra y cubrimos bien; todo apuntaba a arcea al chaleco; pero fallamos una pandereta imposible de fallar; increíble lo que se nos fue, aunque lo peor es que nos quedamos ambos con la sensación que se iba pinchada y no conseguimos volver a dar con ella, ni viva, ni muerta….una lástima, más aún cuando fue la única oportunidad de la jornada.


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