Jueves: comenzábamos
la jornada con la ilusión de echar la primera arcea de la temporada y si fuese
posible, hacernos con ella; pero no hubo suerte. La realidad es que las fechas
mandan y hoy no tuvimos oportunidad. Si bien es cierto, en una ocasión tuvimos
en muestra a Orange y su hijo Pirlo, y la verdad…..la vimos en el chaleco,
luego resultó que ni la vimos ¡jejeje! Eran unos rastros de al menos un par de
días. Hoy alargamos la jornada bastante, para aprovechar a mover todos los
perros un poco e intentar que vayan poniéndose a tono.
Sábado: la
fortuna nos sonrió y nos hicimos con las dos primeras arceas de la temporada. En
una mañana bastante desapacible donde, la lluvia, la nieve y algunos intervalos
la niebla, hicieron que la jornada fuese más corta de lo normal; la suerte nos
acompañó y en una zona que, a priori, sería impensable que pudiese parar una
arcea en las condiciones meteorológicas del día; pero una vez más no dejan de
sorprendernos estos pájaros; había un par. Nos repartimos el cazadero en dos,
por una parte Pepín y por otra Aitor y yo. Nosotros no conseguimos echar nada.
Pero Pepín, pasando de una parte del cazadero a otra, tuvo en muestra a Wolf y
Sira, al acercarse a la muestra de los perros, ya vio como la arcea se iba,
tres tiros y no hubo suerte; fue en su busca y esta vez, a muestra de Wolf pudo
abatirla. La segunda fue Wolf también el encargado de ponerla, pero esta vez
Pepín, dudo del perro (por la zona de la muestra) y cuando quiso reaccionar,
tres tiros y a buscarla de nuevo; a la segunda como en el lance anterior, al
chaleco ;-)
Domingo: si
el día anterior nos pareció desapacible, hoy era infernal ¡jejeje! Aitor y
Pepín consiguieron cruzar el puerto y se fueron a sus cotos respectivos de
llano en León y yo me quedé por el Paraíso Natural. Aitor consiguió descolgar
una perdiz, Pepín echo algún bando de perdices, pero sin opción de tiro y yo lo
único que cogí fue una pingadura descomunal.