Jueves – en esta
ocasión cambié de aires y disfrutamos de una cacería en cuadrilla en un bonito
paraje, un cazadero muy guapo, lástima la mierda de día que hizo, que deslució
bastante la jornada de caza. Respecto a las arceas, se vieron ocho o nueve, de
las que pudimos hacernos con cinco. Por mi parte movimos un par mientras estuve
con Toño, una loca que puso Suzuki en varias ocasiones, pero que no dio la
cara; y otra que después de un par de levantes sin la participación de los
perros; a la tercera logró bloquearla Suzuki, pero nos salió tapada y ni Toño,
ni yo tuvimos opción al tiro. La segunda mitad de la jornada estuve sólo y eché
un par de arceas, pudiendo hacerme con una que andaba bastante ligera; puesta
por Xana de primeras, luego Levín que sin llegar a fijar la muestra ya salió
unos metros por delante y pude abatirla. La otra la eché cuatro veces, las dos
primeras puesta por Xana, pero ya no estaba; a la tercera se la comió Levín,
pero eso hizo que la arcea se equivocase al salir, pero tuvo la fortuna, que
más me equivoqué yo al disparar; a la cuarta la pusieron los dos perros, pero
me salió tapada y cuando la vi, ya estaba muy lejos para tirar.
Sábado – hoy
Pepín quiso probar suerte en la montaña y aprovechar la parte que ya no tiene
nieve, porque en breve volverá a cubrir según la previsión meteorológica. Y la
mañana dentro de lo que cabe no estuvo mal, ya que se hicieron con una perdiz y
una arcea; no pudieron matar más piezas, pero movieron unas perdices que los
tuvieron entretenidos. Aitor pospuso un día la montaña y estuvo de instrucción
conmigo por el monte. Salvamos que fuimos efectivos, raro para nosotros dos ;-)
porque pegamos un par de tiros, que valieron para cobrar un par de arceas; ni
un rastro más. Una en la primera mitad del día, puesta por Xana de primeras,
pero ya se le había ido cuando llegamos a la muestra de la perra; de segundas
fue mostrada por Cleo; y pude hacerme con ella de un disparo. La otra fue un
lance un poco raro, porque los perros dieron como rastro e insistieron ladera
abajo, y en cambio la arcea se levantó unos metros de costado, pudiendo hacerse
con ella Aitor de un disparo…era bastante grande y estaba gordísima, creo que
ese fue el motivo del acierto en el disparo de mi compañero ¡jejeje!
Domingo – esta
jornada nos repartimos un poco, Pepín para el llano, pero no le dieron opción
ni las perdices (siempre fuera de tiro), ni un par de arceas que movió, pero
que no querían saber nada de bromas; menos mal que al menos una orejona le
permitió apretar el gatillo. La parte positiva de la jornada, el buen trabajo
del joven Ilko, que progresa adecuadamente y está poniendo caza en casi todas
sus salidas. Aitor por la montaña, al igual que Pepín el día anterior, quería
aprovechar un poco antes de que se vuelva a cubrir de nieve. Estuvo entretenido
detrás de las perdices, pudiendo tirar a alguna y logrando hacerse con una. Y
por mi parte, eché un par de arceas, que escuché salir perfectamente (relativamente
cerca) pero no las vi. Una sola, de segundas la mostró Xana, pero ya no estaba
y fin de la historia. La segunda la puso también Xana, pero esta vez salió al
otro lado de un buen matu; diría que hubo un segundo encuentro entre la perra y
la arcea, porque se descontroló bastante, aunque ni vi nada, ni hubo muestra, y
cuando creí que por fin la tenía la perra, después de reventarme para llegar a
ella; ya no estaba, si es que estuvo, porque a veces ya pienso que andamos a
gamusinos.
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