Jueves – comenzamos un nuevo año, pero en la dinámica
de la temporada, arceas a cuenta gotas; hoy con Aitor, cazamos dos cazaderos
buenos, donde sólo vimos un par de arceas, si tenemos en cuenta que una llevaba
allí desde mediados de noviembre, y la otra, al tenor de los rastros, poco
después llegaría. Resto cazadero ni un rastro, en el de la tarde ni un rastro
tampoco…pocas arceas entraron y no hemos notado movimiento de “reposición”
alguno por la zona occidente de Asturias, mal año por una de nuestras zonas de
caza y en las otras regular, tirando a mal. Afortunadamente pudimos hacernos con ambas,
gracias al buen trabajo de Cleo y una pizca de suerte, que como en todo,
siempre hace falta. La primera después de una muestra y larga guía de Cleo,
conseguimos hacernos con ella, porque me la cantó mi amigo y pude verla, de no
ser así, nos la lía. La otra llevaba por la zona bastante tiempo, inicialmente
localizó la zona Cleo por donde andaba, pero no llegó ni ella, ni el resto del
equipo, a fijar la arcea; así que abrimos el radio de búsqueda y pronto escuché el aleteo de salir, no la vi, pero cuando llegó a la zona Xana y se quedó en muestra, confirmó lo que yo había
escuchado. Seguimos la búsqueda en dirección a la zona que intuimos que la
arcea había cogido y cuando ya la dábamos por perdida, emprendió la huida y fue
abatida justo cuando se tapaba; se había tirado en una zona imposible para los
perros, una pared casi vertical que si no llega a tener tanta prisa, allí no la
encuentra nadie.
Estos días que estuve de arresto familiar, mis amigos
alternaron salidas a la montaña y a las arceas, con la tónica de pocas arceas, haciéndose
con dos un día Pepín y Aitor con otra, firmaron algún clavo ambos y en la
montaña, algo más entretenidos con las perdices, aunque a estas alturas de la
temporada, ya no dan muchas opciones.
Pepín con una arcea recien abatida. |
Cleo y Megan con la arcea cobrada. |
Toño y Suzuky, con las cinco pitorras cobradas en compañía de su tío, por tierras castellanas. |
Sábado – en esta
ocasión cambiamos de aires y nos fuimos a la montaña, un día fantástico para
estar por esas altitudes. Aunque “actuamos”
en escenarios diferentes los resultados fueron parejos y no para tirar cohetes
precisamente ¡jeje!
Lunes – otra
maravillosa jornada de trekking, o se nos olvidó a los perros y a mí
encontrarlas o el grado de inutilidad que tengo, es de matrícula de honor. De
matar ya no voy a entrar en detalle, puesto que si soy incapaz de echar arceas,
difícilmente podré pegar un tiro... Creo que eché una, pero no la vi…aunque las
muestras de Xana y Bassucu fueron firmes y se dio en una zona querenciosa, ni
la vi, ni la volvía a echar en el caso que hubiese sido una arcea. Así que hoy
he ido al monte a por el Roscón ¡jeje!
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