martes, 28 de diciembre de 2021

DICIEMBRE

Podríamos decir, que finaliza el mes más trascendente de la temporada de caza becadera; el periodo donde se puede disfrutar de un mayor número de jornadas de caza por los festivos; donde las arceas ya entraron y se asentaron; si la temporada es buena o mala; en términos generales, se decide este mes. Esta temporada está siendo muy buena, si bien es cierto, las capturas no están acompañando todo lo que quisiéramos…nada que objetar en el número de arceas que estamos moviendo. Disfrutando de jornadas con numerosos lances, pero con un elevado porcentaje de ellos infructíferos; arceas muy esquivas; que hay que echarlas varias veces, para si hay suerte, al menos poder verlas y saber que no estamos detrás de gamusinos.

A continuación, os describo algunas de las jornadas de este mes:

Jueves 2 dic. Día infernal, lluvia, granizo y viento por demás, pero resultó una jornada muy entretenida, aunque de percha escasa. Por la mañana en un cazadero echamos cuatro arceas, las dos primeras nos tuvieron locos para adelante y atrás, arriba y abajo; pero no hubo forma de hacerse con ellas. La primera la puso Fabio, ya no estaba; de segundas de nuevo Fabio, tampoco estaba; pero esta vez antes de la muestra del perro ya la había visto Aitor levantarse; de terceras no llegaron ni a mostrar los perros y ya la vimos levantar vuelo y decirnos “hasta otro día…” La segunda fue puesta por Fabio, pero tampoco estaba ya; ladera arriba se quedaron en muestra Bassucu y Gitana; pronto se unió a ellos Fabio y la arcea me salió a huevo; pero justo en el momento de disparar, una rama me para la escopeta según iba encarando y el tiro se queda atrás; no puedo doblar disparo y Aitor, aunque tira, no está en buena posición y la arcea libra. De segundas muestra Cleo, pero no llegamos y aunque Aitor me avisa y le tiro, estaba lejos para mí. La volvemos a echar, una muestra de Bassucu y Fabio, muy firme…pero era el caliente ya; visto que no había forma seguimos ruta. La tercera la puso Fabio, llegamos al perro y la arcea salió sin mucha espera, Aitor se hizo con ella de un disparo. La cuarta nos tuvo un buen rato detrás de ella. De primeras fue puesta por Cleo y Gitana a patrón, pero ya no estaba. De segundas se la comió Bassucu y un servidor; menos mal que a la tercera Cleo estuvo fina y su dueño también 😉  Por la tarde cambiamos de cazadero y acertamos de pleno, pasamos un par de horas muy, muy entretenidas…aunque no fuimos capaces de cortar pluma. Echamos tres arceas en un pinar bastante cerrado, no querían salir de allí, pero no hubo forma de meter al morral ninguna; aproximadamente unos doce lances y el número de tiros nos lo guardamos para nosotros, porque vamos ¡jejeje!

Lunes 6 dic. Por la mañana estuvimos en un cazadero donde el día antes nos la habían jugado cuatro arceas, y quisimos la revancha; dos de ellas aceptaron la partida y esta vez, perdieron, mientras que las otras dos no se presentaron. La primera, después de dos muestras de Levín y Fabio, en las que ya no estaba la arcea; pudimos, a la tercera, hacernos con ella a muestra de Levín, esta vez aguantó y pudimos colocarnos bien, llegando a disparar ambos. La segunda fue mostrada por Fabio y Levín, pero cuando estábamos llegando a ellos, rompieron la muestra, la arcea no estaba ya. Después de un buen rato, fue localizada por Fabio, que nos brindó un lance muy bonito; muestra con la cabeza arriba y una guía lenta y segura de unos cuantos metros, hasta que la sentenció de muerte, al final de la mata, pudiendo hacernos con ella. Por la tarde cambiamos de zona y la cosa estuvo un poco más animada. Estuvimos detrás de un par de locas, que hicieron esforzarse al máximo al equipo canino, pero aún así no fuimos capaces a hacernos con ninguna; varias muestras de Orange, Fabio y Levín, pero nada de nada. O salía antes de llegar nosotros o tapada o el indio no estaba acertado, el caso es que nos tuvieron entretenidos, para adelante y para atrás, pero allí se quedaron. Afortunadamente nos encontramos con otras dos pitorras algo más sociables. La tercera que pudimos llevarnos al morral, fue puesta por Orange, nos parecía imposible que estuviese donde el perro nos indicaba, después de ver el comportamiento de las amigas; pero el veterano no suele errar y ahí estaba; una matuca de robles de un metro de altura; tiramos un tronco y cuando la vimos salir, no nos lo creíamos; estaba, Aitor se hizo con ella de un disparo. La cuarta fue puesta por Orange, Fabio y Levín, pero nos la jugó, sólo conseguimos escuchar su aleteo al levantarse. De segundas se levantó sola sin opción a nada y de terceras Orange hizo una rebusca fantástica y la localizó en la ladera de enfrente; nos costó un buen rato llegar al perro, pero allí la tenía y Aitor se pudo hacer con ella, de un buen segundo disparo.

Domingo 12 dic. ¡¡HABEMUS!! Por fin un día de caza sin lluvia en Asturias. Recordáis las tres arceas que hacía diez días nos tuvieron locos en un pinar; pues fuimos a visitarlas; si bien es cierto, sin mucha esperanza de que estuvieran, pero ¡sorpresa! estaban y no eran tres, eran cinco; ahora nos cuadraba más el frenesí del otro día. A los pocos metros de adentrarnos en el pinar, la primera ya se levantaba unos cuantos metros por delante y esta sí que dijo “hasta nunca”; quizás el otro día las malas condiciones climatológicas hicieron que no quisieran abandonar el pinar, pero hoy…La segunda es mostrada por Cleo, nos colocamos, me sale a placer y afortunadamente no fallo el disparo. La tercera, de nuevo pone Cleo, esta vez nos brinda una excepcional guía, se nos hizo interminable, hasta que la arcea decide levantar vuelo; yo no la veo y a Aitor no le sale demasiado bien, un único tiro, pero no hay fortuna. Mientras nos lamentamos, levanta vuelo otra arcea, la cuarta, sin opción para ninguno. A escasos cincuenta metros de este último levante, Cleo vuelve a mostrar, creemos que tiene que ver con los rastros de ésta última arcea, pero no; tenía la quinta. Esta vez Aitor si se hace con ella. Vamos en busca de la cuarta y Cleo la encuentra, pero esta vez no se deja bloquear bien, un par de vibradas del mando y ya escuchamos el aleteo de la arcea, aunque desde mi posición le puedo disparar y logro abatirla. Una hora en el monte, cinco arceas echadas y tres en el morral; un hecho insólito para nosotros. Seguimos por los alrededores, conseguimos echar otra más, la sexta, esta vez fue Levín el que la puso; un tiro intuitivo de Aitor, pero sin éxito y la rebusca fue infructífera. Cambiamos de cazadero y por la tarde tuvimos la fortuna de cara. Echamos tres arceas más y pudimos hacernos con las tres, cerrando una excelente jornada. La séptima, fue puesta a medias por Cleo y Levín, ella la cogió de ladera y Levín de abajo para arriba, el caso es que la bloquearon ambos perros y Aitor se pudo hacer con ella. La octava fue un lance pachanguero, Levín tocó rastros de la arcea, pero sin llegar a mostrar, la arcea levantó vuelo, pero escapó del perro en nuestra dirección, pude hacerme con ella de un buen disparo, cuando ya se tapaba. La novena fue puesta por Levín, la arcea salió tapándose con el tronco de un árbol y a pesar de salir relativamente cerca, no pude tirarle hasta que giró y pude verla; Aitor desde su posición alejada del lance, diciéndome que qué narices hacía que tardé un mes en tirarle ¡jejeje! Menos mal que hoy la fortuna estaba de cara.

Jueves 16 dic. Aitor hoy cruzaba el puerto para subir a la montaña tras las esquivas patirrojas, mientras yo me quedaba por aquí tras las astutas arceas 😉 Mañana entretenida tras cuatro arceas que me tuvieron bien ocupado. La primera de la mañana no se hizo de rogar, al rato de entrar en el monte, Bassucu comenzó a dar rastros y realizar breves muestras, hasta que finalmente fijó la muestra; Gitana lo patroneó; pero enseguida se dio cuenta que les había metido ya unos metros y rompió el patrón, para guiar sigilosamente hasta que la localizó; unos instantes después la arcea emprendió la huida, pero yo estaba bien colocado y pude hacerme con ella. La segunda no quería bromas y además estaba en una zona, que lo tenía todo de cara para librar. La mostró primero Bassucu, pero les había metido un pequeño vuelo, ladera arriba; de segundas la puso Gitana, pero sólo pude escucharla levantar vuelo y posteriormente, verla en la lejanía. Fuimos en su busca, Bassucu la puso una vez más; pero esta vez ya ni estaba y no hubo otra oportunidad ya. La tercera se la tragaron los perros en el primer lance; decidieron ir a “no sé dónde” y se levantó al pasar yo cerca. Como somos un buen equipo; en el segundo levante, me la tragué yo, pin, pan, pun y nada ¡jejeje! Menos mal que a la tercera fue la vencida y está vez realizamos un buen trabajo; Gitana la localiza y la muestra, Bassucu patronea y yo logro abatirla de un disparo. La cuarta también nos dio un poco de guerra, pero conseguimos hacernos con ella. De primeras la puso Gitana, pero me salió tapada y a pesar de que le tiré, no hubo suerte; de segundas se levantó sola y fuera de tiro; de terceras la puso Bassucu y ahora si pude hacerme con ella, y buen cobro del perro, por cierto, no era un buen sitio donde cayó.

Jueves 23 dic. Lo de hoy no se puede llamar ni jornada; por temas laborales no pude salir al monte hasta las 16:30; así que salí más por dar un paseo con Xana, que la pobre este año no está para muchos trotes; que por cazar. Pero la fortuna quiso sonreírnos y después de una media hora mirando una ladera de un cazadero pequeño; al cambiar de ladera, Xana se quedó en muestra contra un buen bardial de escayos. Después de tantos años, ya nos conocemos, la postura de su muestra era un claro indicativo que la tenía…y muy cerca. Después de un rato esperando el desenlace, en el único sitio que podía estar con opciones de disparar; empecé a buscar a mi alrededor algo para tirar, un tronco, rama, piedra…pero todo lo que tenía a mano, era pequeño y ni la arcea levantaba cuando lo tiraba, ni la perra rompía la muestra; hasta que por fin, con una piedra minúscula, toqué el trasero de Xana, ésta se movió un poco y la arcea levantó vuelo; pudiendo hacerme con ella de un disparo. Fui a cobrar la arcea, Xana no es buena cobradora y además la arcea había caído en un sitio que tenía dudas de que hubiese llegado a tocar suelo y no estuviese suspendida entre unos escayos; cual es mi sorpresa cuando estoy llegando a la arcea abatida; que escucho salir otra arcea del mismo bardiu donde estaba la que acababa de matar. Me había olvidado de Xana, es verdad que no la había visto salir detrás de la arcea que tiré, pero no le había dado importancia; luego entendí el motivo, seguía puesta con la otra. El caso es que cobro la arcea abatida y vamos en busca de la otra; no había ido muy lejos, pronto se queda en muestra de nuevo Xana; pero esta vez la arcea no aguantó a penas, la vi salir ya unos metros por delante; le pude disparar un tiro, pero no hubo suerte. Por más que la estuvimos buscado, no conseguimos dar con ella y la noche se nos echó encima, teniendo que salir del monte forzosamente. 











¡¡¡FELICES FIESTAS, PRÓSPERO AÑO NUEVO Y BUENA CAZA!!!



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