Podríamos decir, que finaliza el mes más trascendente de la
temporada de caza becadera; el periodo donde se puede disfrutar de un mayor
número de jornadas de caza por los festivos; donde las arceas ya entraron y se
asentaron; si la temporada es buena o mala; en términos generales, se decide
este mes. Esta temporada está siendo muy buena, si bien es cierto, las capturas
no están acompañando todo lo que quisiéramos…nada que objetar en el número de
arceas que estamos moviendo. Disfrutando de jornadas con numerosos lances, pero
con un elevado porcentaje de ellos infructíferos; arceas muy esquivas; que hay
que echarlas varias veces, para si hay suerte, al menos poder verlas y saber
que no estamos detrás de gamusinos.
A continuación, os describo algunas de las jornadas de este
mes:
Jueves 2 dic. Día infernal, lluvia, granizo y viento
por demás, pero resultó una jornada muy entretenida, aunque de percha escasa. Por
la mañana en un cazadero echamos cuatro arceas, las dos primeras nos tuvieron
locos para adelante y atrás, arriba y abajo; pero no hubo forma de hacerse con
ellas. La
primera la puso Fabio, ya no estaba; de segundas de nuevo
Fabio, tampoco estaba; pero esta vez antes de la muestra del perro ya la había
visto Aitor levantarse; de terceras no llegaron ni a mostrar los perros y ya la
vimos levantar vuelo y decirnos
“hasta otro día…” La
segunda fue
puesta por Fabio, pero tampoco estaba ya; ladera arriba se quedaron en muestra
Bassucu y Gitana; pronto se unió a ellos Fabio y la arcea me salió a huevo;
pero justo en el momento de disparar, una rama me para la escopeta según iba
encarando y el tiro se queda atrás; no puedo doblar disparo y Aitor, aunque
tira, no está en buena posición y la arcea libra. De segundas muestra Cleo,
pero no llegamos y aunque Aitor me avisa y le tiro, estaba lejos para mí. La
volvemos a echar, una muestra de Bassucu y Fabio, muy firme…pero era el
caliente ya; visto que no había forma seguimos ruta. La
tercera la puso
Fabio, llegamos al perro y la arcea salió sin mucha espera, Aitor se hizo con
ella de un disparo. La
cuarta nos tuvo un buen rato detrás de ella. De
primeras fue puesta por Cleo y Gitana a patrón, pero ya no estaba. De segundas se
la comió Bassucu y un servidor; menos mal que a la tercera Cleo estuvo fina y
su dueño también
😉 Por la tarde cambiamos de cazadero y
acertamos de pleno, pasamos un par de horas muy, muy entretenidas…aunque no
fuimos capaces de cortar pluma. Echamos tres arceas en un pinar bastante
cerrado, no querían salir de allí, pero no hubo forma de meter al morral
ninguna; aproximadamente unos doce lances y el número de tiros nos lo guardamos
para nosotros, porque vamos ¡jejeje!
Lunes 6 dic. Por la mañana estuvimos en un cazadero
donde el día antes nos la habían jugado cuatro arceas, y quisimos la revancha; dos
de ellas aceptaron la partida y esta vez, perdieron, mientras que las otras dos
no se presentaron. La
primera, después de dos muestras de Levín y Fabio,
en las que ya no estaba la arcea; pudimos, a la tercera, hacernos con ella a
muestra de Levín, esta vez aguantó y pudimos colocarnos bien, llegando a
disparar ambos. La
segunda fue mostrada por Fabio y Levín, pero cuando
estábamos llegando a ellos, rompieron la muestra, la arcea no estaba ya. Después
de un buen rato, fue localizada por Fabio, que nos brindó un lance muy bonito;
muestra con la cabeza arriba y una guía lenta y segura de unos cuantos metros,
hasta que la sentenció de muerte, al final de la mata, pudiendo hacernos con
ella. Por la tarde cambiamos de zona y la cosa estuvo un poco más animada.
Estuvimos detrás de un par de locas, que hicieron esforzarse al máximo al
equipo canino, pero aún así no fuimos capaces a hacernos con ninguna; varias
muestras de Orange, Fabio y Levín, pero nada de nada. O salía antes de llegar
nosotros o tapada o el indio no estaba acertado, el caso es que nos tuvieron
entretenidos, para adelante y para atrás, pero allí se quedaron.
Afortunadamente nos encontramos con otras dos pitorras algo más sociables. La
tercera
que pudimos llevarnos al morral, fue puesta por Orange, nos parecía imposible
que estuviese donde el perro nos indicaba, después de ver el comportamiento de
las amigas; pero el veterano no suele errar y ahí estaba; una matuca de robles
de un metro de altura; tiramos un tronco y cuando la vimos salir, no nos lo
creíamos; estaba, Aitor se hizo con ella de un disparo. La
cuarta fue
puesta por Orange, Fabio y Levín, pero nos la jugó, sólo conseguimos escuchar
su aleteo al levantarse. De segundas se levantó sola sin opción a nada y de
terceras Orange hizo una rebusca fantástica y la localizó en la ladera de
enfrente; nos costó un buen rato llegar al perro, pero allí la tenía y Aitor se
pudo hacer con ella, de un buen segundo disparo.
Domingo 12 dic. ¡¡HABEMUS!! Por fin un día de caza
sin lluvia en Asturias. Recordáis las tres arceas que hacía diez días nos
tuvieron locos en un pinar; pues fuimos a visitarlas; si bien es cierto, sin
mucha esperanza de que estuvieran, pero ¡sorpresa! estaban y no eran tres, eran
cinco; ahora nos cuadraba más el frenesí del otro día. A los pocos metros de
adentrarnos en el pinar, la
primera ya se levantaba unos cuantos metros
por delante y esta sí que dijo
“hasta nunca”; quizás el otro día las
malas condiciones climatológicas hicieron que no quisieran abandonar el pinar,
pero hoy…La
segunda es mostrada por Cleo, nos colocamos, me sale a
placer y afortunadamente no fallo el disparo. La
tercera, de nuevo pone
Cleo, esta vez nos brinda una excepcional guía, se nos hizo interminable, hasta
que la arcea decide levantar vuelo; yo no la veo y a Aitor no le sale demasiado
bien, un único tiro, pero no hay fortuna. Mientras nos lamentamos, levanta
vuelo otra arcea, la
cuarta, sin opción para ninguno. A escasos cincuenta
metros de este último levante, Cleo vuelve a mostrar, creemos que tiene que ver
con los rastros de ésta última arcea, pero no; tenía la
quinta. Esta vez
Aitor si se hace con ella. Vamos en busca de la
cuarta y Cleo la
encuentra, pero esta vez no se deja bloquear bien, un par de vibradas del mando
y ya escuchamos el aleteo de la arcea, aunque desde mi posición le puedo
disparar y logro abatirla. Una hora en el monte, cinco arceas echadas y tres en
el morral; un hecho insólito para nosotros. Seguimos por los alrededores,
conseguimos echar otra más, la
sexta, esta vez fue Levín el que la puso;
un tiro intuitivo de Aitor, pero sin éxito y la rebusca fue infructífera. Cambiamos
de cazadero y por la tarde tuvimos la fortuna de cara. Echamos tres arceas más
y pudimos hacernos con las tres, cerrando una excelente jornada. La
séptima,
fue puesta a medias por Cleo y Levín, ella la cogió de ladera y Levín de abajo
para arriba, el caso es que la bloquearon ambos perros y Aitor se pudo hacer
con ella. La
octava fue un lance pachanguero, Levín tocó rastros de la
arcea, pero sin llegar a mostrar, la arcea levantó vuelo, pero escapó del perro
en nuestra dirección, pude hacerme con ella de un buen disparo, cuando ya se
tapaba. La
novena fue puesta por Levín, la arcea salió tapándose con el
tronco de un árbol y a pesar de salir relativamente cerca, no pude tirarle
hasta que giró y pude verla; Aitor desde su posición alejada del lance,
diciéndome que qué narices hacía que tardé un mes en tirarle ¡jejeje! Menos mal
que hoy la fortuna estaba de cara.
Jueves 16 dic. Aitor hoy cruzaba el puerto para subir
a la montaña tras las esquivas patirrojas, mientras yo me quedaba por aquí tras
las astutas arceas
😉
Mañana entretenida tras cuatro arceas que me tuvieron bien ocupado. La
primera
de la mañana no se hizo de rogar, al rato de entrar en el monte, Bassucu
comenzó a dar rastros y realizar breves muestras, hasta que finalmente fijó la
muestra; Gitana lo patroneó; pero enseguida se dio cuenta que les había metido
ya unos metros y rompió el patrón, para guiar sigilosamente hasta que la
localizó; unos instantes después la arcea emprendió la huida, pero yo estaba
bien colocado y pude hacerme con ella. La
segunda no quería bromas y además
estaba en una zona, que lo tenía todo de cara para librar. La mostró primero
Bassucu, pero les había metido un pequeño vuelo, ladera arriba; de segundas la
puso Gitana, pero sólo pude escucharla levantar vuelo y posteriormente, verla
en la lejanía. Fuimos en su busca, Bassucu la puso una vez más; pero esta vez
ya ni estaba y no hubo otra oportunidad ya. La
tercera se la tragaron
los perros en el primer lance; decidieron ir a “no sé dónde” y se levantó al
pasar yo cerca. Como somos un buen equipo; en el segundo levante, me la tragué
yo, pin, pan, pun y nada ¡jejeje! Menos mal que a la tercera fue la vencida y
está vez realizamos un buen trabajo; Gitana la localiza y la muestra, Bassucu
patronea y yo logro abatirla de un disparo. La
cuarta también nos dio un
poco de guerra, pero conseguimos hacernos con ella. De primeras la puso Gitana,
pero me salió tapada y a pesar de que le tiré, no hubo suerte; de segundas se
levantó sola y fuera de tiro; de terceras la puso Bassucu y ahora si pude hacerme
con ella, y buen cobro del perro, por cierto, no era un buen sitio donde cayó.
Jueves 23 dic. Lo de hoy no se puede llamar ni
jornada; por temas laborales no pude salir al monte hasta las 16:30; así que salí
más por dar un paseo con Xana, que la pobre este año no está para muchos trotes;
que por cazar. Pero la fortuna quiso sonreírnos y después de una media hora
mirando una ladera de un cazadero pequeño; al cambiar de ladera, Xana se quedó
en muestra contra un buen bardial de escayos. Después de tantos años, ya nos
conocemos, la postura de su muestra era un claro indicativo que la tenía…y muy
cerca. Después de un rato esperando el desenlace, en el único sitio que podía
estar con opciones de disparar; empecé a buscar a mi alrededor algo para tirar,
un tronco, rama, piedra…pero todo lo que tenía a mano, era pequeño y ni la
arcea levantaba cuando lo tiraba, ni la perra rompía la muestra; hasta que por
fin, con una piedra minúscula, toqué el trasero de Xana, ésta se movió un poco
y la arcea levantó vuelo; pudiendo hacerme con ella de un disparo. Fui a cobrar
la arcea, Xana no es buena cobradora y además la arcea había caído en un sitio
que tenía dudas de que hubiese llegado a tocar suelo y no estuviese suspendida
entre unos escayos; cual es mi sorpresa cuando estoy llegando a la arcea
abatida; que escucho salir otra arcea del mismo bardiu donde estaba la que
acababa de matar. Me había olvidado de Xana, es verdad que no la había visto
salir detrás de la arcea que tiré, pero no le había dado importancia; luego
entendí el motivo, seguía puesta con la otra. El caso es que cobro la arcea
abatida y vamos en busca de la otra; no había ido muy lejos, pronto se queda en
muestra de nuevo Xana; pero esta vez la arcea no aguantó a penas, la vi salir
ya unos metros por delante; le pude disparar un tiro, pero no hubo suerte. Por
más que la estuvimos buscado, no conseguimos dar con ella y la noche se nos
echó encima, teniendo que salir del monte forzosamente.
¡¡¡FELICES FIESTAS, PRÓSPERO AÑO NUEVO Y BUENA CAZA!!!
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