martes, 1 de febrero de 2022

ENERO

 Para nosotros este mes ha sido irregular, pero en términos generales malo. Con muy pocos días entretenidos; por Castilla varios días detrás de arceas que fueron quedando durante la temporada que no estaban nada receptivas y por Asturias, días de acierto con el cazadero (pocos) y echando varias arceas, pero días de errar en la elección (varios) y una o ninguna. De hecho, hemos vuelto a dedicar alguna jornada a la montaña, ya que climatológicamente este mes hubo días muy buenos y teníamos a las perdices demasiado tranquilas, pero en absoluto despistadas 😉

A continuación, os describo algunas de las jornadas de este mes:

Domingo 2 ene. Hoy teníamos una cacería y nos juntamos Pepín, Rubén, Aitor y yo; repartiéndonos el guarda en dos zonas del lote a cazar, un cazadero para cada pareja. Pepín y Rubén echaron cinco arceas, consiguiendo hacerse con tres de ellas y por nuestra parte, resultado muy parejo; vimos cuatro arceas, de las cuales pudimos meter al morral tres; disfrutando de una entretenida jornada de caza, en un bonito entorno y consiguiendo hacer el cupo. La primera que echamos fue mostrada por Cleo, Fabio y Bassucu a patrón, pero la arcea ya no estaba. De segundas fue puesta por Bassucu, esta vez Cleo a patrón y posteriormente se unió también Fabio. Nos colocamos y los perros fueron guiando, según iba avanzando la acción, cada vez estábamos peor situados y sin margen para corregir colocación, pasando, lo que intuimos instantes antes de que la arcea levantase vuelo…pin, pan, pen, pun, pon y hasta luego. Es cierto, que yo le tiré larga, pero sin ningún obstáculo por medio y me parecía imposible haber fallado; pero era un hecho. Vamos en su busca y pronto es localizada por Fabio; el resto del equipo canino a patrón; nos colocamos y la cobra muerta. Al menos un perdigón la había alcanzado; esta arcea tenía una curiosidad, le faltaba la cola. No tenían ninguna de las plumas del juego de atrás; algún altercado habría tenido ya, porque nosotros un millón de perdigones le tiramos, pero ni pluma le cortamos 😉 La segunda del día, no dio opciones. De primeras la puso Bassucu, no estaba; poco después otra muestra y guía de Fabio, tampoco estaba ya y de terceras se voló sola, sin dar opciones y no fuimos capaces de volver a verla. La tercera nos tuvo entretenidos un rato, al entrar a una riega, Fabio se quedó en muestra unos segundos y comenzó a dar rastros; pronto se unieron Cleo y Bassucu al frenesí de rastreo. Nos separamos uno por cada ladera y los rastros no cesaban, la arcea llevaba allí ya unos cuantos días, pero los perros no conseguían localizarla. Hasta que finalmente Bassucu, la cagó (raro para él, con una nariz privilegiada como tiene, no recuerdo le hubiese pasado nunca), pero en esta ocasión pasó, hizo una leve muestra, rastreó y cuando quiso tirar de freno de mano de nuevo, era tarde y levantó la arcea, cogiéndome por sorpresa, aunque si pude tirarle igualmente, pero sin éxito aparente. Esperé que llegase Aitor y comenzamos la rebusca, en esta ocasión la localizó Cleo y finalmente la cobró, estaba muerta. Un hecho que nos pasa muy puntualmente a lo largo de una temporada aconteció hoy, en dos de dos…arceas que se van aparentemente intactas y realmente se van heridas de muerte. La cuarta del día no quería bromas y dejó acercarse los perros lo justo en los cuatro levantes que le dimos, antes de hacernos con ella. La primera postura fue de Fabio, pero la arcea levantó vuelo muy por delante del perro; con la mala suerte que la vio Gitana (por la tarde la cambié por Bassucu) y claro, sale fresca y ve una arcea volar y posarse, pues a por ella sin miramientos y otra vez a volar. De terceras parece que tocan de ella Cleo y Fabio, Aitor se dirige hacia los perros y justo al pasar junto a un tronco se le levanta la arcea saliendo a su espalda, le tira, pero sin fortuna. Vamos en su busca y esta vez, se queda en muestra Fabio en la cabecera de la riega, yo estaba más bajo y ya escucho los tiros de Aitor, al levantar la vista, veo la arcea bajar como un misil riega abajo y consigo hacerme con ella de un buen disparo, raro para mí.

Domingo 16 ene. Amanecía con una buena helada, ocho grados bajo cero marcaba el coche, a pesar de ser un día soleado, el frío no nos abandonó durante el transcurso del día. Hoy hemos dedicado la jornada a intentar hacernos con alguna de las arceas que nos la fueron jugando durante estas semanas atrás, aunque la balanza ha seguido inclinada a su favor. Cinco pitorras fueron las que intentamos convencer para que se vinieran a casa, sólo pudimos engañar a una ¡jejeje! La primera es una vieja conocida, desde finales de noviembre que la echamos por primera vez, esta es la cuarta visita que le hacemos y ahí sigue; le deseamos buen viaje y que libre de todos los “peligros”; para poder echarle la revancha la próxima temporada 😉 De primeras la puso Cleo, Bassucu llegó a patrón; pero ya se la había jugado, no estaba. De segundas fue al revés, pone Bassucu y Cleo a patrón; dirigiéndome a la muestra de los perros, la echo yo, sale a morir, pero enfrente del sol, que me ciega y disparo con los ojos cerrados. Si con ellos abiertos me cuesta hacer blanco…os podéis hacer una idea del resultado. Vamos en la dirección que me parece que se fue, y sin apenas avanzar veinte metros, Aitor me dice que acaba de ver la arcea levantar ladera abajo, minutos después la muestra de Cleo en la zona, certifica lo visto por mi amigo. Vamos en su busca y pronto los perros se quedan en muestra, pero tampoco estaba ya y desaparecida. La segunda ni verla, estar…estaba, pero sin opción. Pone Cleo, llegamos, guía hasta final de la mata de robles, pero no sale nada. Al poco tiempo vuelven a poner ambos, leve guía y muestra muy expresiva, como si la tuviesen a una cuarta del hocico; lanzó una rama, rompen la muestra, pero tampoco estaba ya. Ladera abajo se queda en muestra Cleo, tampoco está. A la cuarta muestra, esta vez de Bassucu, pues lo mismo de lo mismo. ¡Desesperante! La tercera y la cuarta, no las encontramos, o se habían movido u otro cazador había tenido más fortuna que nosotros en encuentros con ellas. La quinta fue puesta por Cleo y Gitana a patrón; pero la arcea ya se había ido. Hubo una muestra primero de Gitana, pero no llegamos a ella y no tenemos claro sí habría sido esta arcea o un gamusino; ver no llegamos a ver nada; y la perra aún no tiene galones para convencernos sin ver la acción nosotros. Afortunadamente al cabo de un rato, Cleo se queda en muestra, esta vez estamos muy cerca de la perra y aunque la arcea no espera mucho, la vemos y Aitor puede hacerse con ella.

Sábado 22 ene. Hoy cazaba sólo, Aitor quería aprovechar los últimos coletazos de la temporada en Castilla por la montaña, por separado, pero ambos disfrutamos de una buena jornada de caza, uno tras las de leotardos rojos y otro tras las de pico largo 😉 La fortuna estaba de mi lado y pronto quiso que tuviese el primer encuentro con una dama. Los perros tocaron unos rastros atrasados y comenzaron a calentarse, hasta que Gitana se quedó en muestra ladera arriba, según me dirigía a ella, la arcea levantó vuelo entre la perra y yo; pudiendo hacerme con ella de un disparo; y cerrando el lance Gitana con un buen cobro. Entrada la mañana Gitana vuelve a quedarse en muestra en una orilla de escobas con la segunda del día, me voy acercando a la perra y la arcea levanta vuelo unos metros por delante de la perra; disparo justo cuando ya se tapaba, pero veo que cae de ala y enseguida se hace con ella Gitana. La tercera fue localizada por Levín, pero la arcea tenía prisa y el perro apuró demasiado la guía sin estar yo aún en la zona de acción; así que sólo pude ver al perro correr tras ella, aunque yo no llegué ni a verla. De segundas la puso Gitana y Levín a patrón; me cogió muy bien situado y la verdad, según me iba acercando a ellos, la estaba viendo ya en el chaleco y aún estoy esperando verla, la cagadita de regalo y hasta nunca, porque no fui capaz de volver a echarla. Hoy Gitana cazó muy bien, de nuevo, fue ella la encargada de localizar la cuarta del día, pero no pude cumplir. La puso en una orilla de un pinar, estaba claro que iba salir para fuera, pero la arcea levantó vuelo cuando me faltaban tres metros para salir del pinar a la pista y no pude tirar; desafortunadamente tampoco la conseguimos volver a echar. Por la tarde saqué a Xana, este año ya sólo está para un par de horucas, pero muy productivas. Pronto tocó rastros de una arcea y al rato en muestra; la arcea no estaba ya, aunque no tardó en localizarla; esta vez la tenía, pero la arcea tenía un acebo de buen tamaño para cubrirse y sólo la escuché salir. Minutos después volvió a quedarse en muestra, esta vez la arcea tenía ganas de caminar y después de una larga guía, volvió a jugárnosla saliendo tapara y no pudiendo tirar; pero a la cuarta fue la vencida. Xana la puso en una zona bastante cerrada de escobas, me quedé fuera y crucé los dedos para que saliese en mi dirección; el mando indicaba que la perra estaba en muestra a veinte metros de mí; después de un rato; escuché el aleteo de la arcea al levantar vuelo e instantes después la vi aparecer, la fortuna estaba de mi lado y pude hacerme con ella, para cerrar una buena jornada de caza.

Domingo 30 ene. Entramos ya en la recta final de la temporada y hoy cortamos pluma después de un par de clavitos consecutivos ¡jejeje! La primera del día fue puesta por Bassucu, cuando llegamos al perro; ya estaba Gitana también allí y fueron sumándose a la acción Orange y Haie. Después de un rato la arcea emprendió la huida, pero estábamos muy bien situados y nos hicimos con ella. La segunda nos tuvo un buen rato entretenidos, cinco levantes para poder hacernos con ella. De mano fue localizada y puesta por Gitana, pero la arcea ya no estaba. Luego fue Orange el que puso, pero el resultado fue el mismo. A la tercera por fin la vimos y apretamos el gatillo; esta vez fue Bassucu el que la encontró, pero nosotros no estuvimos acertados. El cuarto levante, gracias a que Aitor la escuchó y pudo verla; porque nos hizo una jugada de las que no vuelves dar con ella. A la quinta fue la vencida, pero porque se equivocó, al querer escapar de Bassucu y Gitana, fue en dirección de Aitor y pudo hacerse con ella de un buen tiro. Era muy probable que esta arcea acabase muerta igualmente, ya que donde levantó vuelo, a parte de la cagadita de regalo, también dejó unas gotas de sangre en una hoja; así que debimos de alcanzarla cuando tiramos en el tercer levante. Por la tarde en otra zona tuvimos menos fortuna, pero aún así conseguimos echar un par de arceas. La tercera fue una gran actuación del veterano Orange que localizó una arcea, donde no contábamos con ella, ni mucho menos; lástima que no estuviéramos a su altura. Tardamos un rato en llegar al perro, el resto del equipo fue apareciendo poco a poco y uniéndose a la acción; la arcea escogió la ruta de escapada menos previsible y nos la lio, pin, pan, pun y a criar; no hubo forma de volver a encontrarla. La cuarta de la jornada fue localizada por Gitana, pero levantó vuelo antes de poder estar en distancia de tiro. Fuimos en su busca y Gitana volvió a ponerla, pero esta vez ya ni estaba y no conseguimos volver a localizarla.









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