martes, 27 de diciembre de 2016

SEMANA 51


Bimba en muestra

Jueves: tendré que ir buscando otra afición porque está claro que lo de la caza no es para mí; cuando no es uno… es otro, y el caso es que esta temporada necesito echar una media de tres arceas pa matar una; y jornadas de caza de siete horas mínimo, algo estoy haciendo mal. El grado de inutilidad que arrastro encima está rozando valores preocupantes ¡jejeje!

He echado un par de arceas, la primera no lo tengo muy claro, pero apostaría que la liaron entre la Brisa y el Levín, el caso es que sólo pude escucharla salir e intuir su silueta; en la rebusca muestra de Levín, pero no está y después, pone Brisa y Levín, pero tampoco está…y sin pena ni gloria no volví a ver nada hasta las cuatro y media de la tarde. Por la tarde saqué a Bimba, trabajó muy bien y llegó a poner una arcea, pero le tocó batallar con una de las duras. Mostró en un par de ocasiones y no estaba, de terceras me salió por la espalda y algo tapada, pude disparar un tiro, y la verdad…creí que había acertado, me pareció ver que hacía un extraño y no la vi seguir, el caso es que fui todo convencido a cobrar, pero ni Bimba, ni yo la localizamos y eso que invertí un buen rato allí; al final me di por vencido e intenté volver a dar con ella viva, pero ni viva, ni muerta. Ocho horitas de monte pa “casí matar una”.



Sábado: en esta ocasión nos repartimos el cazadero Pepín y yo, y nos juntamos sobre la una para mirar una zona juntos, cercana al coche, punto de encuentro. El resultado fue parejo, aunque estuvo algo más entretenido mi amigo, que echó un par de arceas, pudiendo hacerse con una de ellas, una vez más Lola excepcional, la pobre está floja físicamente, pero sigue conservando su “don” para la caza. Por mi parte eché una arcea en tres ocasiones, el primer levante la escuché y unos minutos después vi a Levín en muestra…pero ya era tarde. De segundas corrí hacia el collar de Brisa, me coloqué y observando la perra, parecía que la tenía, pero no, ya había escapado y no hubo forma de dar con ella. Seguí la ruta establecida y cuando daba la vuelta, decidí retroceder un poco y dar una última inspección a la zona donde había echado la arcea; no había visto nada más y quise insistir otro poco. Esta vez fue acertada la decisión, porque pronto se quedó en muestra Levín y afortunadamente pude abatirla, bonito lance y otro excelente cobro del joven setter, que parece que es una de sus virtudes. A pesar de la alegría por ver que Levín está poniendo caza, estoy algo preocupado/chamuscado porque Brisa lleva tres semanas, digamos…”poco afortunada” la veo muy floja y nada fina con la caza, esta arcea era de ella toda la vida y últimamente le están comiendo la tostada con demasiada facilidad. Más tarde vi rastros de otra arcea, pero no dimos con ella. Yo cerré la jornada a eso de las tres y mi amigo siguió por la tarde en otro cazadero, consiguiendo echar otro par de arceas, pero sin fortuna.


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