lunes, 11 de diciembre de 2017

SEMANA 49



Miércoles: no conseguimos ver ni una arcea hasta la una, mala mañana. A media mañana si estuvo en muestra Levín y posteriormente Cleo en la misma zona pegó un apunte, unos sesenta metros más adelante, me pareció escuchar el plaplapla de levantarse de una arcea, pero ni vi nada, ni supe situar donde había sido; más entrada la jornada escuchamos en dos ocasiones tirar a otros cazadores en la zona, lo que nos hizo confirmar las sospechas de que sí habíamos movido una arcea por la zona. Lo que sí suele ser algo habitual en nosotros, es tener el imán para localizar la loca de la zona, seis levantes y un solo tiro; primer levante, mientras espero que lleguen los perros para adentrarnos en una zona, diez metros por delante se levanta sola, aviso a Aitor y vamos en su busca; pronto la pone Cleo, Levín se le une, pero ya no estaba; seguimos en ruta y otra vez se me levanta a mí por delante; seguimos en su busca y esta vez según entran los perros en una zona bastante cerrada de monte, sale como un misil, un tiro de Aitor sin fortuna, y vuelta a la búsqueda, esta vez se levanta de nuevo sola, Aitor consigue verla; seguimos y cuando ya la dábamos por perdida, se nos vuelve a levantar sola, esta vez relativamente cerca nuestra, pero tapada por un acebo y esta vez arrojamos la toalla, nos había ganado la batalla. Seguimos ruta, entrada ya la tarde vemos unos rastros de arcea bastante frescos y al mismo tiempo que comentamos la jugada, Cleo se queda en muestra y en el mismo instante, veinte metros por delante se levanta una arcea, que se tapa y no conseguimos poder tirarle hasta que remonta en casa su madre, tiros lejanos que no dan fruto y no volvimos a dar con ella ¡vaya día! Cuando ya contábamos no librar el clavo, todos los perros comienzan a levantar la cabeza y olfatear contra una mata de escayos que había a la parte de arriba de un camino, intentan subir pero el talud era alto, no pueden y de repente unos metros más adelante arranca una arcea; menos mal que en la rebusca, la puso Levín, nos dio tiempo a colocarnos bien, Aitor consigue hacer blanco y Levín la cobra.



Viernes: jornada pasada por agua, pero seguimos echando alguna arceuca, que es lo que cuenta. Estuvimos bastante rato entretenidos con una que nos lo puso muy difícil para lograr verla, aunque finalmente dio la cara. La primera vez, cuando llegamos a Xana, la arcea ya no estaba y eso que cuando llegó Alba revolvió lo suficiente para echarla, la madre que la parió, no echa el freno de mano ni pa dios!! De segundas disfrutamos de un lance largo, pero donde la arcea, de nuevo, nos ganó la batalla, apeonando lo suficiente para terminar saliendo al otro lado de un mata de escayos y nos quedamos con las ganas de apretar el gatillo después de una excelente guía de Xana. Pero a la tercera fue la vencida, justo cuando comenzaba a sonar el collar de Xana y yo me dirigía a ella, la arcea vino a mi encuentro y pude abatirla de un disparo. Entrado el medio día, dimos con otra, pero esta no se equivocó en ninguno de los tres levantes, el primero a muestra de Xana, el segundo se levantó sola, de terceras ya la vi en el chaleco, observando a Xana, parecía que la tenía a una cuarta, y yo estaba perfectamente colocado, pero lo que tenía era una cagadita fresquita y aún estoy esperando ver la arcea levantar ¡jejeje!


Sábado: la previsión meteorológica no falla y la lluvia y el viento nos acompañaron durante casi todo el día. Pero la fortuna estuvo de nuestro lado y pronto dimos con la primera del día, cruzamos un prado y justo cuando entrábamos en el monte, se queda en muestra Brisa, vemos los rastros, pero la arcea ya no estaba; minutos después de nuevo muestra Brisa, pero no llegamos a tiempo, a la tercera pone Brisa, Cleo y Xana, me sale tan cerca que tengo que dejarla alejarse y no acierto en el único tiro que puedo tirar; Aitor tampoco tiene fortuna, pero vio donde se daba; pronto es localizada por Megan, y al mismo tiempo comienza a sonar también el collar de Cleo unos metros más alejada; antes de llegar yo, ya escucho tres tiros de Aitor y me dice que son dos, pero que no estaba seguro del resultado. Una la cobra Xana y la otra es localizada por ella también, que pensamos que estaba herida o muerta, porque hacía tiempo que no nos aguantaba tanto la muestra una arcea, las cuatro perras puestas y nos tuvo un buen rato esperando que saliese, no estaba herida….pero esta vez estuve acertado con el tiro y Megan realiza un buen cobro. Seguimos riega abajo y un rato después el collar de Cleo comienza a sonar, yo estaba algo más alejado de ladera y no me da tiempo a asistir, pero escucho un par de tiros de Aitor; que me avisa por el walkie, para que baje, porque estaba seguro que iba pegada del segundo, pero iba muy larga. Y sí que resultó un cobro difícil, las perras pusieron en tres sitios diferentes hasta que las fuerzas no le dieron para más y en el último intento de escapada ya fue cobrada ¡qué guerra nos dio! Entrado ya el medio día los collares de Cleo y Brisa comienzan a sonar, llegamos a ellas, pero rompen y la arcea ya no estaba, les había pegado un bote, porque a escasos veinte metros de nuevo pone Brisa y Megan a patrón, cubrimos lo mejor posible, cuando sale la arcea consigo pegarle del segundo disparo aunque no estoy seguro del resultado al cien por cien, hasta que la cobra Brisa. Hoy las perras estaban trabajando muy bien y aún nos iban a brindar un bonito lance más, donde comenzó la jugada Xana, se unieron el resto y resolvió Megan; un tiro mío y otros tres del socio, que le parece que en el último va tocada y además que cuando tiró el segundo, se levantó otra unos metros por delante; desde mi posición no vi nada y sólo pude tirar un tiro a la que salió primero, me quedó tapada rápidamente. Fuimos en busca de la segunda, para luego ir a por la que parecía que se había ido tocada; pronto dimos con ella, pero pocas opciones dio a los perros y a nosotros, que pudimos tirarle un tiro cada uno de casualidad, pero hoy las cosas salían de cara y hubo cobro. Para poner punto y final a una buena jornada, Xana consiguió cobrar la otra arcea, que como intuía Aitor, se había ido tocada.



Domingo: hoy dejé la escopeta en casa y acompañé a Eloy y Adrián, para compartir con ellos una jornada de caza en su coto, jornada breve debido a las inclemencias meteorológicas, pero provechosa, donde vimos un par de arceas y posiblemente hubiésemos movido otra, pero no la vimos. La primera fue puesta por Naia, que la planchó y Eloy no desaprovecho la oportunidad; poco antes ya había puesto una agachadiza de la cual dio cuenta Adrián. Luego los perros tocaron de una arcea, muestras, guías y mucho rastrear, pero no vimos volar nada. Y un poco más entrada la mañana, Adrián vio como una arcea se levantaba bastante por delante de nosotros y de los perros, que pronto nos confirmaron lo visto por Adrián, todos en muestra, pero era tarde ¡jejeje! De segundas la puso Levín, que la llevó guiando unos metros y finalmente se le levantó poniendo por el medio un acebo y privando a Eloy del tiro. De terceras fueron Naia y su hijo los que dieron cuenta de ella, pero tampoco dio opción al tiro. El principal objetivo de la jornada era comprobar el buen trabajo de Naia con las arceas, y no defraudó, así que me traje para casa una hija suya, esperemos me de tantas alegrías, como la madre se las da a Adrián y Eloy. Muchas gracias por todo chavales, con gente así da gusto ir al monte, aunque diluvie ¡jejeje!
 


 

José Luis y Roberto, después de un buen día de perdices

Para echar una arcea nos cuesta un riñón.....pero unicornios de colorines en el monte sin problema, así somos ¡jejeje!

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