Jueves: detalles
a parte, podemos resumir la jornada de hoy como una mierda. Un fuerte viento
que azotaba con fuerza y que nos condicionó bastante las zonas a cazar; el
monte sequísimo, y con ausencia de arceas en las zonas que cazamos; “preocupante”
para las fechas en las que nos movemos. Por la mañana echamos una arcea, que de
primeras se levantó sola; de segundas puesta por Xana y Cleo y Fabio a patrón;
no hubo una tercera opción a echarla y en ningún momento nos permitió ni a
Aitor, ni a mí, levantar la escopeta. A medio día decidimos cambiar de zona,
pero el resultado no cambió. Echamos otra arcea, que en esta ocasión ni vimos;
puso Fabio y Cleo, llegó a patrón Xana e incluso pasó por delante Duna y
mostró, pero la arcea había levantado vuelo instantes antes. Apuramos la
jornada hasta que la luz nos permitió, pero cuando no es, no es…y hoy no era el
día, era el día de otro clavo más.
Sábado: otro
fantástico día primaveral de diciembre, salir de casa a las 6:00 de la mañana
con 17 grados un 22 de diciembre en Asturias, preludio del fantástico día de
caza que nos esperaba. Como era de esperar, los perros a partir de media mañana,
daban asco y buscaban más el agua que arceas. Si bien es cierto para ese
instante habíamos movido un par de arceas, a las cuales no pude tirar y otra que
fallamos Aitor y un servidor. La primera puesta por Levín, Pirlo patronea, pero
mientras intentaba llegar a posicionarme, la arcea emprendió la huida y no pude
tirarle. Avisé a mis compañeros para intentar dar con ella, ya que nos habíamos
separado escasos diez minutos, pero no lo conseguimos. La segunda, también fue
puesta por Levín, pero cuando estaba llegando al perro, la escuché salir…por
donde estaba, hubiese sido difícil poder tirarle aunque la arcea me hubiese esperado.
De segundas me dejó con cara de tonto, ya que la escuché levantarse sola a más de
treinta metros de mí; los perros estaban en la dirección opuesta…así que no
intervinieron para nada y no conseguí volver a echarla. Bien entrada la mañana,
me junté con Aitor, mientras Pepín seguía sólo. Y al poco de comenzar a cazar
juntos, se levantó una arcea unos metros por delante nuestro, los chuchos en
ese momento estaban en su máximo esplendor de dar asco; alguno prefería morirse…que
tener que ir en busca de la arcea ;-) previos tres petardazos que le enviamos
entre el colega y yo ¡jejeje! De segundas la atropelló Pirlo; y de terceras yo,
que aún estoy recuperándome del susto que me dio; no hubo más opciones. Y
decidimos dar por concluida la jornada, un calor sofocante que quitaba las
ganas de estar en el monte y el equipo canino estaba off. Aprovechamos para
juntarnos con Toño, comer algo tranquilamente y escuchar los lances que le
brindó su excelente setter, Suzuki, pudiendo hacerse con dos arceas.
El domingo, abandoné a mis queridos compañeros…no pude
acudir a mi cita dominical del monte. Pepín consiguió abatir una perdiz,
mostrada por Wolf y Sira. Mientras tanto Aitor estuvo entretenido detrás de
varias arceas, pero desafortunadamente no pudo abatir ninguna, a pesar del buen
hacer de Cleo, Fabio y Orange. El martes sólo salió Pepín, aprovechó el buen
día que hizo por la montaña y como es habitual esta temporada, volvió a darles
duro a las perdices; en esta ocasión consiguió descolgar un par de patirrojas y
una arcea que andaba despistada por la zona; de nuevo otra gran jornada de caza
en la montaña con Wolf y Sira de Villa Astur.
¡¡FELICES FIESTAS!! |