lunes, 10 de diciembre de 2018

SEMANA 49



Jueves: jornada amena la de hoy por tierras castellanas y a pesar que la niebla hizo que se retrasase la hora de comienzo, finalmente tuvimos un espléndido día para cazar. Echamos seis arceas, de las que cinco se vinieron para casa. La sexta imposible, no nos dio opción ni a encargar la escopeta una sola vez, en los siete levantes que le dimos; lo único bueno, que dio opción a ponerla a todos los perros, Xana y Orange en varias ocasiones y otro par de veces, Fabio y Levín. La primera, de las difuntas,  se la sacó de la manga Xana, que la fue a buscar a tomar pol culo, nos costó un huevo dar con ella, apenas escuchábamos el collar; pero cuando la encontramos y estaba tumbada (señal inequívoca de la perra, cuando la tiene a medio metro del morro) nos colocamos y esperamos que fuesen llegando el resto del equipo canino, que fueron patroneando y dejando a la arcea cumplir. Todo indicaba lance perfecto…graso error pensar eso. Levanta vuelo la pitorra, se le echa encima de Aitor, este tiene que recular y esperar para poder disparar, le tira un tiro, parece que la toca, pero sigue, dobla el tiro, entonces la escopeta le pica el cartucho, yo que ni había encarado pensando que la mataba él; cuando quiero tirarle, tapada y un par de tiros a bulto. Podéis haceros una idea del rosario de oraciones que salieron de nuestras bocas ¡jejeje! Vamos en su busca y cuando llegamos a la zona que parecía la adecuada para que se hubiese tirado la arcea, pronto se queda en muestra Orange, afortunadamente esta vez no pudo huir; estaba muerta delante del perro. Segunda vez que nos pasa en apenas una semana, ir a buscar una arcea que se nos va y la encontramos muerta. La segunda fue localizada por Orange, aunque ya le había pegado un pequeño bote y fue Xana quien finalmente la fijó, me salió muy franca y pude abatirla. La tercera nos tuvo un rato entretenidos, pone Fabio, pero no estaba; luego escuchamos los collares de Orange y Xana, cuando me dirigía a ellos, ya escucho los tiros de Aitor; que le parece que va tocada; pero no la cobramos y tardamos en dar con ella; esta vez Orange la bloquea a la perfección, pero mi compañero no tiene fortuna con los disparos; seguimos en su busca y finalmente hace un pequeño apunte Fabio y Aitor ya ve la pitorra salir unos metros por delante, un disparo y esta vez al morral. La cuarta la volvió localizar Xana, y de nuevo nos hizo apretar el paso; cuando llegamos a ella y nos colocamos; la escuchamos levantarse por nuestra espalda. De segundas la pone Xana y Levín, esta vez la vemos un segundo, pero sin opción al tiro. De terceras, inexplicablemente, cambio de comportamiento total por parte de la becada. Vuelve a ponerla Xana, otra vez tumbada frente a una escoba;  llegan el resto a patrón; nosotros colocados y después de un rato esperando el desenlace, agoté paciencia y terminé por lanzar la botella de Acuarius a la escoba para que botase; esta vez sí dio la cara y pude abatirla. La quinta también necesitamos darle tres levantes para poder apretar el gatillo. De primeras puso Orange y Levín, no estaba ya; de segundas Xana, pero cuando nos acercábamos al sonido del collar, dejó se pitar y finalmente, una vez más el veterano Orange, la bloqueó perfectamente y Aitor la pudo abatir para poner punto y final a una buena jornada de caza.


Sábado: jornada en la que nos volvíamos a juntar los tres y con buen resultado final. Por la mañana estuvimos en un cazadero, donde echamos cuatro arceas y conseguimos hacer nos con dos, más otra que Aitor dejó tocada, a muestra de Megan y Xana; pero que fuimos incapaces de dar con ella, posiblemente el desnivel de la zona hiciese que la arcea aún tocada, se desplazase más de lo que pensamos. Una corrió a cuenta de Pepín, a muestra de Wolf y la otra a cuenta de Aitor, a muestra de Xana. Por la tarde cambiamos de zona, nos repartimos el cazadero, por una parte Aitor y yo, que movimos un par de arceas varias veces, pero fuimos incapaces de encarar ni una sola vez la escopeta. Y eso que estuvimos detrás de ellas hasta que la luz lo permitió; pero en esta ocasión nos ganaron la batalla. En la otra parte del cazadero Pepín, se hizo con tres arceas, de cuatro vistas; esta  intratable esta temporada…tanto él, como Wolf, da igual que vayan a Reinas o Damas, no perdonan la vida a ninguna ¡qué bestias! ¡jejeje!


Domingo: hoy la jornada tenía que ser reducida, una vueltina por la mañana de tres horucas, dentro de lo que cabe, resultaron entretenidas. Seguimos sin encontrar el ñeru donde se encuentran amontonadas, pero pa mi inutilidad, echando alguna…”Capitán General” ¡jejeje! A los pocos minutos de adentrarnos en el bosque, el collar de Brisa comenzó a sonar, pronto se unió a ella Levín, pero la arcea había puesto metros por delante y salió bastante larga y tapada; aunque le tiré un tiro, para probar suerte…que no hubo. Luego la puso Levín, pero no llegue a la muestra a tiempo y ya no conseguí volver a echarla. Puede que haya movido otra, casi seguro, pero no llegué a ver nada. No llegué a la muestra de Levín, y luego estuvo en muestra Brisa, pero tampoco vi nada…imagino que sería una de las que tienen prisa. Al rato me encontré con un amigo y su compañero en el monte; estaban liados detrás de otra; también de estas que tienen prisa ¡jejeje! Me invitaron a unirme a ellos para intentar localizarla entre todos y el plan, afortunadamente, fue fructífero… Primero la puso Brisa, se unieron a ella Pirlo y Levín, avisé a los compañeros, pero ya no estaba allí. Seguimos la mano y después de un rato, Brisa hizo un pequeño apunte hacia un acebo, a la vez que la arcea levantaba vuelo, pero yo estaba relativamente cerca y pude abatirla. Esta arcea se la debo a Víctor y Samuel, gente maja que te puedes encontrar por el monte.


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