miércoles, 26 de diciembre de 2018

SEMANA 51



Jueves: detalles a parte, podemos resumir la jornada de hoy como una mierda. Un fuerte viento que azotaba con fuerza y que nos condicionó bastante las zonas a cazar; el monte sequísimo, y con ausencia de arceas en las zonas que cazamos; “preocupante” para las fechas en las que nos movemos. Por la mañana echamos una arcea, que de primeras se levantó sola; de segundas puesta por Xana y Cleo y Fabio a patrón; no hubo una tercera opción a echarla y en ningún momento nos permitió ni a Aitor, ni a mí, levantar la escopeta. A medio día decidimos cambiar de zona, pero el resultado no cambió. Echamos otra arcea, que en esta ocasión ni vimos; puso Fabio y Cleo, llegó a patrón Xana e incluso pasó por delante Duna y mostró, pero la arcea había levantado vuelo instantes antes. Apuramos la jornada hasta que la luz nos permitió, pero cuando no es, no es…y hoy no era el día, era el día de otro clavo más.


Sábado: otro fantástico día primaveral de diciembre, salir de casa a las 6:00 de la mañana con 17 grados un 22 de diciembre en Asturias, preludio del fantástico día de caza que nos esperaba. Como era de esperar, los perros a partir de media mañana, daban asco y buscaban más el agua que arceas. Si bien es cierto para ese instante habíamos movido un par de arceas, a las cuales no pude tirar y otra que fallamos Aitor y un servidor. La primera puesta por Levín, Pirlo patronea, pero mientras intentaba llegar a posicionarme, la arcea emprendió la huida y no pude tirarle. Avisé a mis compañeros para intentar dar con ella, ya que nos habíamos separado escasos diez minutos, pero no lo conseguimos. La segunda, también fue puesta por Levín, pero cuando estaba llegando al perro, la escuché salir…por donde estaba, hubiese sido difícil poder tirarle aunque la arcea me hubiese esperado. De segundas me dejó con cara de tonto, ya que la escuché levantarse sola a más de treinta metros de mí; los perros estaban en la dirección opuesta…así que no intervinieron para nada y no conseguí volver a echarla. Bien entrada la mañana, me junté con Aitor, mientras Pepín seguía sólo. Y al poco de comenzar a cazar juntos, se levantó una arcea unos metros por delante nuestro, los chuchos en ese momento estaban en su máximo esplendor de dar asco; alguno prefería morirse…que tener que ir en busca de la arcea ;-) previos tres petardazos que le enviamos entre el colega y yo ¡jejeje! De segundas la atropelló Pirlo; y de terceras yo, que aún estoy recuperándome del susto que me dio; no hubo más opciones. Y decidimos dar por concluida la jornada, un calor sofocante que quitaba las ganas de estar en el monte y el equipo canino estaba off. Aprovechamos para juntarnos con Toño, comer algo tranquilamente y escuchar los lances que le brindó su excelente setter, Suzuki, pudiendo hacerse con dos arceas.
 






El domingo, abandoné a mis queridos compañeros…no pude acudir a mi cita dominical del monte. Pepín consiguió abatir una perdiz, mostrada por Wolf y Sira. Mientras tanto Aitor estuvo entretenido detrás de varias arceas, pero desafortunadamente no pudo abatir ninguna, a pesar del buen hacer de Cleo, Fabio y Orange. El martes sólo salió Pepín, aprovechó el buen día que hizo por la montaña y como es habitual esta temporada, volvió a darles duro a las perdices; en esta ocasión consiguió descolgar un par de patirrojas y una arcea que andaba despistada por la zona; de nuevo otra gran jornada de caza en la montaña con Wolf y Sira de Villa Astur.



¡¡FELICES FIESTAS!!

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