martes, 8 de enero de 2019

SEMANA 52


Sábado: jornada la de hoy, con sabor agridulce, estuvimos bastante entretenidos detrás de varias arceas, pero no conseguimos abatir ninguna. Si bien es cierto, que dos arceas nos dieron una pequeña opción, pero yo resbalé en mi oportunidad y Pepín se enganchó con una rama en la suya; y el resto no querían bromas. Por la mañana echamos cuatro arceas, con las dos primeras estuvieron Sira y Pepín entretenidos un buen rato; luego Sira nos brindó el lance de la jornada; se sacó de la manga una arcea en medio del puto infierno, sitio muy cerrado y de difícil acceso para nosotros, Pepín se adentró en su busca, como buenamente pudo, y yo me salí para rodear la zona e intentar aproximarme a la perra por el otro extremo. Cuando estaba relativamente cerca, Xana se queda en muestra, Duna (que sigue en su línea) entra y levanta la arcea, afortunadamente me la echa hacia mí, pero resbalo en el momento clave y no puedo tirarle. Mientras tanto Pepín consigue llegar a Sira, que por un instante dudamos si estaría con  la arcea que acababa de poner Xana, pero no, eran dos que estaban relativamente cerca. Sira llevaría tranquilamente más de diez minutos en muestra; mi amigo hace que rompa la muestra y levanta el vuelo la arcea, pero al subir la escopeta para el encare, se engancha en una rama y no le puede tirar; yo ni verla. No conseguimos volver a echar ninguna de las dos. Cambiamos de zona y tuvimos en muestra a Xana con una arcea, que sólo escuchamos salir y a Sira más tarde, con otra que ni ver, ni escuchar…sólo contemplar como salía detrás de ella la perra. Cuando retornábamos dirección el coche echamos otra que se levantó sola, sin dar opción a las perras.
Menos mal que al tercero en discordia le iba mejor por tierras castellanas, pudiendo hacerse con un par de pitorras.

Nuestros amigos, Pedro y José, siguen disfrutando tras perdices y becadas por tierras extremeñas. Pedro encantado con Sena de Villa Astur, la hermana de Sira. También está aprovechando la temporada nuestro amigo Emilio, desde la comarca leonesa de Laciana, nos envía un par de fotos de sus perras, Sella (hija de Lola) y Rasta de Peñalba.




Pedro y José, tras una buena jornada.
Rasta y Sella con la pitorra cobrada
Rasta y Sella con sus perdices.





Domingo: para terminar el año teníamos una cacería de perdiz en la Reserva de Somiedo, zona de Lena-Pajares. Donde disfrutamos de un maravilloso día de montaña, en cuanto a la climatología, porque la zona estaba peladita de perdices. El propio guarda nos adelantaba que en la zona había tres bandos de perdices, pero que tenían pocos ejemplares, 4, 5, 6…no más, cuestionable la gestión de la Administración (una vez más). Echamos un bando, del cual sólo las escuchamos salir, pero por el ruido, no eran más de tres o cuatro. Otro bando que puso Suzuki y Levín, donde vimos seis perdices y donde pude tirar a una, pero sin fortuna…y fin de la jornada, caminar y caminar, pero ni una perdiz más dio la cara y apenas rastros fuera de las zonas donde si echamos las perdices. Un día por la montaña entre buena gente y una merienda que estuvo muy amena para poner el punto y final al 2018.


¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

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