lunes, 21 de enero de 2019

SEMANA 03


Martes: última escapadita de la temporada a Cantabria, pero este año no estamos finos por la comarca vecina. No vimos nada, tocamos rastros de dos sordas, muchos y no muy atrasados, pero por más que rebuscamos por la zona, no hubo forma de localizarlas. Nos fuimos con la sensación que se habían movido de la zona, probablemente debido al temporal de nieve que se avecina, ya que el coto está alto. Otra opción era que las hubiesen matado, pero el coto llevaba sin cazarse desde hacía una semana…sea cual fuera la causa, el caso es que sólo nos dejaron la mierda ¡jejeje!



Jueves: mañana aburrida la de hoy, donde echamos una arcea nada más entrar en el monte; tres levantes, primero Orange, luego Levín y finalmente Orange, sólo en esta ocasión la pudimos ver y yo tirar, pero no hubo fortuna; si Pirlo no la hubiese cagado, a Aitor le hubiese dado tiempo a colocarse mejor y él estaría en mejor posición para el tiro, que yo, quizás la suerte de la pitorra hubiese cambiado, pero como veis hay demasiado “hubiese” en este párrafo ¡jejeje! Hasta que cambiamos de cazadero a las dos, no volvimos a ver nada. Estuvimos un rato entretenidos detrás de otra arcea, que le dimos tres o cuatro levantes, gracias al excepcional trabajo de Orange y su hijo Fabio, que no le dieron tregua. Nosotros sólo pudimos verla en el último levante, con los cuatro perros a muestra y con la fortuna de poder abatirla en la única oportunidad que nos dio. Luego movimos otra, pero que no conseguimos ver, muchos rastros, todos los perros en muestra, pero no hubo forma de encontrarla y eso que insistimos en la zona bastante. Y cuando la tarde entraba en su recta final dimos con otra que nos tuvo entretenidos hasta última hora; cinco levantes, algún que otro tiro, pero libró… El primer levante debió ser el vivo retrato de lo que nos pasa en otras ocasiones esta temporada, llegan los perros…muestran y no hay nada. Estamos esperando por los perros que estaban en una zona a nuestras espaldas, bastante alejados de nosotros, cuando escuchamos el aleteo de una arcea levantando vuelo y la vemos un segundo, en una mata que teníamos cincuenta metros por delante de nuestra posición, aún estamos esperando saber que mosca la incordió e hizo que levantase vuelo sola. De segundas la puso Orange, y el resto se unieron al lance; les ganó unos metros y nos la jugó a nosotros, que le pudimos tirar, pero no hubo suerte. Luego la puso Levín, llegaron el resto también y definieron el lance Levín y Fabio,  pero la arcea les ganaba metros rápidamente, ellos no anduvieron en bromas y nosotros no podíamos avanzar en condiciones por culpa la vegetación, esta vez la escuchamos salir. A la cuarta, muestra Orange y Fabio, pero ya la había escuchado levantar yo el vuelo instantes antes. En el quinto levante la pones Levín, y esta vez o el o el socio (Pirlo) apretaron demasiado y no llegamos a poder situarnos correctamente, aún así Aitor apretó el gatillo, pero no hubo suerte.



Una imagen vale más que mil palabras...
Sábado: actuación estelar hoy del equipo; tres cazadores, tocamos cuatro cazaderos entre los tres y el resultado fue tres mojaduras descomunales. Una arcea volando en casa dios, cuando Pepín estaba llegando a la muestra de Wolf y Sira; en un cazadero y en otro, escuchar salir otra.

 


A falta de chubasquero...
Domingo: en esta ocasión nos repartimos más geográficamente, pero la actuación, si cabe aún, fue más estelar que la de ayer ¡jejeje! En vez de tres mojaduras, fueron cuatro, porque tenemos que meter en la ecuación a Toño. Toño y Pepín cazaron en Asturias, y pudieron hacerse con una de las dos arceas vistas. Y Aitor y yo nos fuimos hasta León,  cuando llegamos a la zona a cazar, una cuarta de nieve y vuelta para Asturias. Como entre ir y venir, se nos hizo bastante tarde,  decidimos ir a una zona donde hacía diez días habíamos estado y dejado alguna arcea y no echamos ninguna de las que en teoría sabíamos, ni ninguna amiga más. Tuvimos un amago de lance, pero la verdad…más bien parecía de las ganas de los perros de poner algo, que de una arcea.


Resumiendo...el de los bretones y un servidor, esta semana cazamos cuatro jornadas, unas veintiséis horas, rodamos unos mil quinientos kilómetros, para colgar una arcea. Está claro que esto no es lo nuestro ¡jejejeje!
Y tranquilos, no dejamos de poner fotos de caza muerta, simplemente es que no matamos nada; si algún día volvemos a matar alguna pieza, volveremos a publicar la foto correspondiente ;-)
 

Por León...

Por Asturias...
 

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