viernes, 11 de enero de 2019

SEMANA 01


Martes: qué mejor forma que empezar el año que en el monte ¿verdad? No sé si será la mejor forma, pero al menos la que más nos gusta ¡jejeje! Una vueltina por la mañana donde pude disfrutar de un par de lances, sin final feliz…para variar. Pronto tuve la primera oportunidad, Xana en muestra, pero cuando llego a ella, ya me di cuenta que no voy a poder tirar…y tal cual. La arcea aprovechó la cobertura de un acebo para emprender la huida y me quedé con las ganas de tirar a la primera del año. No conseguí volver a echarla. Durante el resto de la mañana no vi nada, hasta que ya estaba regresando al coche, donde los perros tocaron unos rastros y sin opción a mucho, una arcea levantó vuelo, en esta ocasión si pude apretar el gatillo, pero la arcea estaba bastante larga para mis condiciones de tirador ;-)


Jueves: Aitor y un servidor nos fuimos a probar suerte a los robles; mientras Pepín subía a la montaña. Nosotros nos hacíamos con un par de pitorras y una pareja de perdices; mientras nuestro amigo colgaba una perdiz. Estuvimos bastante entretenidos, ya que de las arceas que movimos, dos de ellas, nos tuvieron locos durante bastante parte de la jornada, haciendo que no desarrollásemos lo esperado en terreno cazado. Al poco de comenzar Xana se quedó en muestra, Aitor se encontraba cerca de ella y se quedó cubriendo la muestra, mientras yo cubría otra posible escapatoria.  Mientras esperábamos el desenlace, el collar de Levín comenzó a sonar, estaba con otra, a unos cien metros.  Apuramos las perras, en ese momento ya estaban Megan y Cleo también con Xana, para que resolviesen, pero no salió nada. Les había pegado un pequeño bote, porque cuando me moví para ir en dirección del collar del perro, la eché yo; la abatí, cobramos y fuimos a asistir a Levín; pero antes de llegar nosotros ya rompió la muestra; luego la vimos volarse sola muy por delante y de terceras pusieron Xana, Cleo y Megan, pero ya no estaba. Más entrada la mañana pusieron otra pitorra, Megan y Levín, pero le salió por la espalda a Aitor y el tiro ya fue cuando se tapaba. La movimos varias veces, muchas posturas, pero no la vimos hasta el séptimo levante donde sí que aguantó la muestra de Xana, pero no estuvimos acertados con la colocación y Aitor, quién pudo tirar, no acertó. Después una pareja de perdices nos alegró la mañana, ya que pudimos hacernos con ellas, gran disparo el de mi compañero; yo tuve que doblar…casi se va ¡jejeje! Por la tarde movimos otras tres pitorras; una de ellas abatida por Aitor después de un fabuloso lance de Xana. Otra se rio de nosotros durante los seis levantes que le dimos; dio opciones a postura a todos los perros, pero en ningún momento a la escopeta y libró. Y la tercera nos la lio Xana, que decidió ir a poner una arcea a casa dios, nos llevó tanto llegar, que ya la vimos cuando se iba, aún así debería haberla matado, le envié tres fogonazos, pero sin fortuna.
 


Sábado: en esta ocasión el equipo se repartió bastante Pepín por el llano en León, Aitor enfermo en casa y yo por Asturias. Por fin un día en condiciones para cazar, una buena helada, dejamos de lado el calor sofocante de este invierno atípico. Da igual frío, que calor…me coroné y un par de cagadas mías con dos, de las tres arceas que eché; hicieron que el morral fuese de vacío para casa. La primera no sé qué pasaría exactamente, nada bueno imagino (ante la duda yo suelo imputar siempre), Pirlo levantó la cabeza desde un camino, saltó el talud, se adentró en una mata de escobas e instantes después escuché el aleteo de una arcea y la vi un instante. Fui en su busca y esta vez, se quedó en muestra Levín, pero ya no estaba. A la tercera se quedó en muestra Pirlo y sin apenas tiempo para reaccionar la arcea levantó vuelo, pero como yo estaba muy cerca, me salió a huevo, justo cuando le voy a tirar, me deslumbra el sol, primer tiro errado, segundo también y no hay opción al tercero…una arcea que salió muerta y que no tuve la oportunidad de volver a echarla. La segunda la puso Levín, pero no estaba ya; mismo comportamiento que hacía unas semanas, que la había puesto Xana, y misma jugada…ni verla. La tercera digna de recibir un mordisco de Pirlo; estuvo un buen rato en muestra y tardé más de la cuenta en hacerle caso al collar, cuando lo vi y quise apurar, la arcea levantó vuelo, poniendo rápidamente distancia de por medio, tres tiros y a criar…


Domingo: fui en busca del regalo de los Reyes Magos y lo que encontré fue un ROSCÓN ¡jejeje! Este año no me debí de portar todo lo bien que yo pensaba, porque de nuevo regresé a casa con el morral vacío. Esta temporada, creo que es la temporada donde tengo el peor promedio de arceas vistas/arceas abatidas. El caso es que hoy no tuve opción; una arcea echada, que ni arrimarse a ella. Se levantó sola, bastante por delante de los perros, estos ni se enteraron; luego estuvieron puestos en la zona…”a buenas horas, mangas verdes”. Incapaz de volver a echarla y ni un rastro más en toda la mañana.
 


Lunes: vuelta a la carga los tres; en esta ocasión Aitor se decantaba por la montaña, mientras Pepín y yo nos quedábamos por el Paraíso Natural ;-) Aitor movió un par de bandos y consiguió hacerse con una perdiz. Nosotros echamos varias arceas, pudiendo hacernos con cuatro de ellas; parece que hubo algo de movimiento. La primera ni la vimos, sólo a Wolf levantar la cabeza y echar a correr, luego nos acercamos a la zona donde podría haberse levantado la supuesta arcea y había rastros, lo que confirmó que se había levantado una allí. La segunda que vimos era una vieja conocida, le dimos varios levantes sin verla, gracias al buen trabajo de Wolf, la última vez que la echamos, yo  logré verla, pero no pude hacerme con ella. La primera que pudimos abatir, fue mostrada por Levín y antes de encarar yo la escopeta, ya la había matado el azafranador de mi amigo. Luego dimos con tres arceas más, que estaban bastante próximas entre ellas. La primera se levantó delante de mi cuando me dirigía a los perros que estaban dando rastro por delante de la posición de la arcea, pude abatirla. La segunda se levantó sola y de segundas, la atropelló Pirlo, Pepín se hizo con ella. Y luego Wolf se quedó en muestra, comenzó a guiar un poco y una arcea levantó vuelo por encima de la cabeza de Pepín, obviamente no le perdonó la vida. Como curiosidad, las cuatro que abatimos, estaban en zonas donde no tenían rastro alguno, nos pareció curioso. Por la tarde estuvimos detrás de otra que nos ganó la partida en los tres levantes que le dimos, primero puso Wolf, tres tiros infructíferos de Pepín; luego se levantó sola, un tiro nulo mío y a la tercera, pone Levín y otros tres tiros infructíferos, en esta ocasión míos. Matar no la matamos, pero fijo que si que la asustamos ¡jejeje!




Orange, Vito y Fabio con su perdiz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario