Martes:
qué mejor forma que empezar el año que en el monte ¿verdad? No sé si será la
mejor forma, pero al menos la que más nos gusta ¡jejeje! Una vueltina por la
mañana donde pude disfrutar de un par de lances, sin final feliz…para variar.
Pronto tuve la primera oportunidad, Xana en muestra, pero cuando llego a ella,
ya me di cuenta que no voy a poder tirar…y tal cual. La arcea aprovechó la
cobertura de un acebo para emprender la huida y me quedé con las ganas de tirar
a la primera del año. No conseguí volver a echarla. Durante el resto de la
mañana no vi nada, hasta que ya estaba regresando al coche, donde los perros
tocaron unos rastros y sin opción a mucho, una arcea levantó vuelo, en esta
ocasión si pude apretar el gatillo, pero la arcea estaba bastante larga para
mis condiciones de tirador ;-)
Jueves: Aitor
y un servidor nos fuimos a probar suerte a los robles; mientras Pepín subía a
la montaña. Nosotros nos hacíamos con un par de pitorras y una pareja de
perdices; mientras nuestro amigo colgaba una perdiz. Estuvimos bastante
entretenidos, ya que de las arceas que movimos, dos de ellas, nos tuvieron
locos durante bastante parte de la jornada, haciendo que no desarrollásemos lo esperado
en terreno cazado. Al poco de comenzar Xana se quedó en muestra, Aitor se
encontraba cerca de ella y se quedó cubriendo la muestra, mientras yo cubría
otra posible escapatoria.
Mientras
esperábamos el desenlace, el collar de Levín comenzó a sonar, estaba con otra,
a unos cien metros.
Apuramos las perras,
en ese momento ya estaban Megan y Cleo también con Xana, para que resolviesen, pero
no salió nada. Les había pegado un pequeño bote, porque cuando me moví para ir
en dirección del collar del perro, la eché yo; la abatí, cobramos y fuimos a
asistir a Levín; pero antes de llegar nosotros ya rompió la muestra; luego la
vimos volarse sola muy por delante y de terceras pusieron Xana, Cleo y Megan,
pero ya no estaba. Más entrada la mañana pusieron otra pitorra, Megan y Levín, pero le
salió por la espalda a Aitor y el tiro ya fue cuando se tapaba. La movimos
varias veces, muchas posturas, pero no la vimos hasta el séptimo levante donde
sí que aguantó la muestra de Xana, pero no estuvimos acertados con la
colocación y Aitor, quién pudo tirar, no acertó. Después una pareja de perdices
nos alegró la mañana, ya que pudimos hacernos con ellas, gran disparo el de mi
compañero; yo tuve que doblar…casi se va ¡jejeje! Por la tarde movimos otras
tres pitorras; una de ellas abatida por Aitor después de un fabuloso lance de
Xana. Otra se rio de nosotros durante los seis levantes que le dimos; dio
opciones a postura a todos los perros, pero en ningún momento a la escopeta y
libró. Y la tercera nos la lio Xana, que decidió ir a poner una arcea a casa
dios, nos llevó tanto llegar, que ya la vimos cuando se iba, aún así debería
haberla matado, le envié tres fogonazos, pero sin fortuna.
Sábado: en
esta ocasión el equipo se repartió bastante Pepín por el llano en León, Aitor
enfermo en casa y yo por Asturias. Por fin un día en condiciones para cazar,
una buena helada, dejamos de lado el calor sofocante de este invierno atípico.
Da igual frío, que calor…me coroné y un par de cagadas mías con dos, de las tres
arceas que eché; hicieron que el morral fuese de vacío para casa. La primera no
sé qué pasaría exactamente, nada bueno imagino (ante la duda yo suelo imputar
siempre), Pirlo levantó la cabeza desde un camino, saltó el talud, se adentró en
una mata de escobas e instantes después escuché el aleteo de una arcea y la vi
un instante. Fui en su busca y esta vez, se quedó en muestra Levín, pero ya no
estaba. A la tercera se quedó en muestra Pirlo y sin apenas tiempo para
reaccionar la arcea levantó vuelo, pero como yo estaba muy cerca, me salió a
huevo, justo cuando le voy a tirar, me deslumbra el sol, primer tiro errado,
segundo también y no hay opción al tercero…una arcea que salió muerta y que no
tuve la oportunidad de volver a echarla. La segunda la puso Levín, pero no
estaba ya; mismo comportamiento que hacía unas semanas, que la había puesto
Xana, y misma jugada…ni verla. La tercera digna de recibir un mordisco de
Pirlo; estuvo un buen rato en muestra y tardé más de la cuenta en hacerle caso
al collar, cuando lo vi y quise apurar, la arcea levantó vuelo, poniendo
rápidamente distancia de por medio, tres tiros y a criar…
Domingo: fui
en busca del regalo de los Reyes Magos y lo que encontré fue un ROSCÓN ¡jejeje!
Este año no me debí de portar todo lo bien que yo pensaba, porque de nuevo
regresé a casa con el morral vacío. Esta temporada, creo que es la temporada
donde tengo el peor promedio de arceas vistas/arceas abatidas. El caso es que
hoy no tuve opción; una arcea echada, que ni arrimarse a ella. Se levantó sola,
bastante por delante de los perros, estos ni se enteraron; luego estuvieron
puestos en la zona…
”a buenas horas,
mangas verdes”. Incapaz de volver a echarla y ni un rastro más en toda la
mañana.
Lunes: vuelta
a la carga los tres; en esta ocasión Aitor se decantaba por la montaña,
mientras Pepín y yo nos quedábamos por el Paraíso Natural ;-) Aitor movió un par de bandos y consiguió hacerse con una perdiz. Nosotros echamos
varias arceas, pudiendo hacernos con cuatro de ellas; parece que hubo algo de
movimiento. La primera ni la vimos, sólo a Wolf levantar la cabeza y echar a
correr, luego nos acercamos a la zona donde podría haberse levantado la
supuesta arcea y había rastros, lo que confirmó que se había levantado una
allí. La segunda que vimos era una vieja conocida, le dimos varios levantes sin
verla, gracias al buen trabajo de Wolf, la última vez que la echamos, yo logré verla, pero no pude hacerme con ella.
La primera que pudimos abatir, fue mostrada por Levín y antes de encarar yo la
escopeta, ya la había matado el azafranador de mi amigo. Luego dimos con tres
arceas más, que estaban bastante próximas entre ellas. La primera se levantó
delante de mi cuando me dirigía a los perros que estaban dando rastro por
delante de la posición de la arcea, pude abatirla. La segunda se levantó sola y
de segundas, la atropelló Pirlo, Pepín se hizo con ella. Y luego Wolf se quedó
en muestra, comenzó a guiar un poco y una arcea levantó vuelo por encima de la
cabeza de Pepín, obviamente no le perdonó la vida. Como curiosidad, las cuatro
que abatimos, estaban en zonas donde no tenían rastro alguno, nos pareció
curioso. Por la tarde estuvimos detrás de otra que nos ganó la partida en los
tres levantes que le dimos, primero puso Wolf, tres tiros infructíferos de
Pepín; luego se levantó sola, un tiro nulo mío y a la tercera, pone Levín y
otros tres tiros infructíferos, en esta ocasión míos. Matar no la matamos, pero
fijo que si que la asustamos ¡jejeje!
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Orange, Vito y Fabio con su perdiz. |
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