Jueves: otra
jornada del tipo de las últimas, donde vemos arceas para entretenernos, pero
que no somos capaces a matar, o bien no se dejan, o no pegamos a un hórreo, hoy
tuvimos un mixto ¡jejeje! La primera del día la puso Fabio, llegó el padre a
patrón y un rato después el hermano, Pirlo; parecía que la arcea se nos iba ir
ladera arriba, pero “el hombre propone y
la arcea dispone”, ni hizo lo esperado, yo ni tirar y Aitor un par de
tiros, pero no en buenas condiciones, conclusión ¡bye,bye! La segunda,
escuchamos el collar de Levín, un par de pitidos, seguidamente el de Orange y
Fabio comienzan a sonar; nos dirigimos a la muestra y estaban los tres ya con la
arcea, levantó vuelo y Aitor se hizo con ella. Luego aconteció la gran cagada
de la jornada, firmada por un servidor. Pone Fabio, llegan a patrón el resto de
perros, pero la arcea les había cogido ventaja, es Levín quien la bloquea
finalmente y me bota casi de los pies, un par de tiros y a criar…hoy sacamos la
de los ojos negros, podría excusarme en que la escopeta no era “la adecuada”,
pero la realidad es que soy un paquete ¡madre mía! Luego pusieron otra Orange y
Fabio, pero aún estamos esperando que salga. Y otro lance fantasma de estos,
donde se quedó en muestra Orange, Pirlo debió escuchar salir la arcea o la vio,
porque salió ladera arriba escopetao, nosotros no vimos nada, pero un rato
después el perro no regresó y comenzó a sonar su collar, pero no llegamos a
tiempo. Y la última de la jornada, fue mostrada por Orange, nos la jugó un poco
en la huida y sólo pude realizar un disparo, no hubo fortuna y en la rebusca la
puso Fabio y Orange, pero ya no estaba. Lo dicho, una jornada entretenida, pero
con poca recompensa.
Sábado: Pepín
a la montaña, consiguiendo descolgar un perdiz a ultimísima hora de la tarde,
la única oportunidad que tuvo en toda la jornada. Aitor a los robles
castellanos, haciéndose con dos pitorras y moviendo alguna más. Y yo haciendo
el canelo, como de costumbre. A falta de realizar inventario a diez de febrero,
estoy a punto de abrir una ferretería, ya que no sé qué hacer con tanto clavo.
Eché un par de arceas, que sólo me permitieron escuchar su aleteo en el segundo
levante; este año Levín está empeñado en joderme; y decide ir en sentido
contrario del que yo quiero; hoy dos
veces fue a poner una arcea ladera abajo, justo cuando yo estaba arriba del
todo; así que de primeras en ambos casos no llegué a tiempo. De segundas ambas
las puso Xana, al menos tuve la opción de escucharlas salir, pero ni encarar la
escopeta. Más entrado el medio día, visité una zona donde hacía un mes, Aitor y
yo creímos haber movido dos arceas, pero no las habíamos visto, hoy ambas con
el mismo comportamiento que entonces. Porque la confianza en Xana es ciega y
los rastros están allí, sino pensaría que está a gamusinos. Por la tarde paré
en otra zona, donde la semana pasada se me había escapado una que puso Pirlo,
aproveché a sacar un poco a Bassucu (Basso Jr. de La Biesca) a ver si va
pisando un poco de monte. La arcea ya no estaba por la zona, o al menos, ni
Pirlo, ni Duna, ni el jovenzuelo consiguieron localizarla.
Domingo: hoy
acompañamos a Omar y Andrés por su territorio ;-) Una jornada entretenida, pero
una vez más, con recompensa poco gratificante. Movimos varias arceas, pero sólo
pudimos hacernos con una, que fue a la única que se pudo tirar; este año es la
tónica habitual para nosotros y no acabamos de entender el motivo, los chuchos son
los mismos, los escenarios también, nuestra forma de cazar no ha cambiado… ¿serán
ellas qué están evolucionando o nosotros que involucionamos?
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