lunes, 28 de enero de 2019

SEMANA 04


Jueves: seguimos haciendo acopio de clavos ¡vaya añito! Pensamos en irnos a los robles castellanos, con la esperanza de ver alguna pitorra más, debido a algún movimiento propiciado por las nevadas de estos días, pero ni movimiento de salida, ni de entrada…al menos en nuestra zona. Nos encontramos con las mismas que habíamos ido dejando en otras jornadas. Lo que sí nos encontramos fue un día despejado y sin lluvia, quizás…incluso demasiado calor; que locura de tiempo. Echamos tres arceas, que vimos y otras tres, que no vimos, pero que son ya viejas conocidas y por allí andan. La primera fue mostrada por Orange, al que se le unieron el resto de los perros, pero ya no estaba. Hace unas semanas, la habíamos echado y visto, de casualidad; esta vez ni eso. La segunda, de nuevo fue Orange el encargado de localizarla, pero cuando llegamos al perro, la arcea ya no estaba. De segundas la vimos volarse sola y a la tercera la puso Levín, pero este año no entendemos que le pasa al perro, que decide recortarles distancia casi siempre y las arceas no están para estas gilipolleces, y levantó vuelo cuando estábamos a nada de llegar a posicionarnos bien; resultado, yo ni verla y Aitor le tiró, pero no en buenas condiciones; así que la arcea libró la vida. La tercera la puso Levín, cuando llegamos la arcea no estaba, aunque en esta ocasión no parecía que el perro la hubiese liado y si la lio, él no se había enterado, porque allí estaba espetao. De segundas puso Orange, no estaba; de terceras de nuevo cagadita de Levín, no podemos tirar y a la cuarta levanta sola lejos, le tiro un tiro bastante largo, ni la engancho, ni la volvemos a ver. Cambiamos de zona y nada más salir del coche, Levín la vuelve a liar, en este caso con unas patirrojas, aunque realmente no lo vimos; sí que interpretamos lo que podía haber pasado viendo rastros muy frescos de perdiz y  la actuación de Orange. Decidí aplicar de forma inmediata el “artículo 155” y para el cajón. Resto de la tarde, al menos sin puteo perruno; ya putean ellas solas bastante. Nos puso otra Orange, que llevó su peón durante unos cuantos metros y nos tuvo en vilo un rato, pero la arcea seguramente había levantado vuelo sin darnos cuenta durante la guía del perro y no conseguimos volver a echarla. Y a última hora, Orange que tenía ganas de morder, quiso darnos otra oportunidad, pero la arcea ya había abandonado la zona y de segundas se levantó sola, y aunque Aitor pudo tirarle un tiro, no fue afortunado y otra que no conseguimos volver a echar. 



Sábado: volvimos a cruzar el puerto para ver si conseguíamos hacernos con alguna pitorra, a ver si se confundía alguna de las que llevábamos echando días atrás. Y sí, una se confundió, a la tercera fue la vencida y con suerte pude hacerme con ella. Pero nos resultó extraño que otras tres conocidas no estaban por la zona que frecuentaban. Pero echamos otras tres, bueno…realmente ver, vimos dos más; otra ni verla. La fantasma fue puesta por Xana  de primeras y por Cleo de segundas, pero lo dicho, ni verla. Con otra la cagamos a medias entre Xana y yo; la perra, porque dio los rastros, pero no llegó a fijar la arcea y esta acabó levantando unos metros por delante, pero era matable y no hice blanco; no conseguimos dar con ella de nuevo.  La otra pitorra que dio la cara fue puesta por Brisa, que después de pasar unos días cortejando, vuelve a los ruedos, la sacamos un rato por la tarde. En esta ocasión la cagada fue integra nuestra,  no definimos bien, deberíamos haberla matado, la perra la planchó y nos la puso a quemar, pero… De segundas la volvió a poner Brisa, pero la arcea le ganó unos metros y solo pudimos escucharla salir e intuir su sombra; en la rebusca se levantó sola, muy favorable para morir, pero esta vez mi compañero erró los tiros, pim, pam, pum y a criar; desde mi posición no lo vi, pero viéndole la cara a él, debió ser garrafal ;-)




Domingo: hoy teníamos una cacería en la RRC del  Sueve, pero la climatología no acompañó nada, de nada…día infernal, sobre todo la primera mitad de la jornada. Estuvimos en un par de cazaderos, pero escasos de arceas, en el primero echamos tres, una abatida por Toño y las otras dos fueron tiroteadas, pero sin fortuna. Por la tarde movimos otras cuatro, pero estas intratables; a pesar que Pepín probó suerte con una de ellas en dos ocasiones, con tiros bastante lejanos; pero no hubo fortuna. Del equipo canino, destacar a Orange de Aitor, el resto pasaron “desapercibidos”, imagino que el día no estaba ni para los perros. Agradecer la disposición, trato y colaboración del Guarda, que hizo lo posible para que el resultado de la jornada de caza fuese lo más satisfactorio posible; pero nosotros…una vez más hacemos fácil, lo difícil y casi pegamos un clavo en el Sueve ¡increíble!

No hay comentarios:

Publicar un comentario