Sábado: la
previsión meteorológica no falló y la nieve hizo acto de presencia; aunque a la
cota que cazamos no había ni rastro de ella, sí que hizo que el trayecto hasta
el cazadero se hiciese algo más largo de lo habitual. La jornada no estuvo muy
animada, dos arceas vistas, de las cuales una se vino para casa. La que
conseguimos cazar, fue localizada y mostrada por Xana, pero la arcea le había
pegado un bote de unos metros, cuando ya creímos que no estaba, esta levantó
vuelo y tuve la fortuna de hacerme con ella de un buen disparo, este año pocos
hubo de estos por mi parte. La segunda que echamos, la vimos levantarse de la
ladera de enfrente, no tenemos claro si a causa de Levín o ella sola. Fuimos en
su busca y aún seguimos esperando volver a verla. Este año está siendo flojo
por la zona y da igual los cambios climatológicos, que al menos para nosotros,
no hay arceas.
Domingo: jornada
aburrida, con tendencia a aburridísima…ni un rastro. Podemos decir que disfruté
de un buen paseo por el monte con Levín, Pirlo y Bassucu; en un espléndido día
para cazar, donde lo único que falló, fueron las arceas… o yo, que no sé
buscarlas, también pude ser; el caso es que vaya último tercio de temporada que
llevo ¡pa olvidar!
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