Jueves – última jornada del 2020 y despedimos el año con una mañana bastante entretenida. Al poco tiempo de entrar en el monte, vimos como Fabio se quedaba en muestra, cuando estábamos llegando al perro, me pareció escuchar el aleteo de la arcea al salir; ni Aitor, ni yo la vimos; pero sí que se había ido, seguramente con un vuelo a poca altura y con una única dirección y así fue; porque es dicha dirección, en escasos minutos la volvieron a localizar Orange y Fabio. Estaban en una zona bastante cerrada, así que Aitor fue a asistir la muestra y yo me quedé cubriendo un poco más en largo. Cuando Aitor llegó a los perros la arcea emprendió la huida, pero escogiendo mi dirección, por lo que me pude hacer con ella. La segunda la puso Bassucu, que poco a poco va acumulando arceas en su casillero; en esta ocasión pudo hacerse con ella Aitor. La tercera la vimos venir volando, a saber de donde, porque ni siquiera teníamos los perros lejos en ese momento; fuimos en su busca y la vimos volver a levantarse sola; esta no quería bromas, de terceras se quedó en muestra Orange y seguidamente emprendió el vuelo unos metros por delante del perro; pero cogió a Aitor en una buena posición y de un rápido y certero disparo, se pudo hacer con ella. A última hora de la mañana, tuvimos otro encuentro con otra arcea; primero Orange en muestra y después de una larga guía, ya no estaba; después Fabio y Levín en muestra y más de lo mismo. Y con este lance sobre arcea fantasma, cerramos la mañana y nos fuimos a comer a casa. Pepín hoy estaba por su coto con José, tuvieron una excelente jornada, pudiendo hacerse con las cinco arceas que echaron; aunque una de ellas sirvió de merienda para Wolf; el cabronazo se merienda un par de piezas a la temporada. Viernes – la mañana amanecía descubriendo una ligera capa de nieve en las cumbres del coto; parecía que el temporal anunciado para el comienzo del año ya estaba cerca; la verdad que el día era desapacible, cielo oscurecido durante toda la mañana acompañado de una lluvia intensa que sólo cesaba para granizar; vamos…un día cojonudo, aunque tampoco contábamos liarnos mucho hoy y la verdad, el plan era ir en busca de un par de arceas; una del día anterior, la fantasma, que hoy si dio la cara. Esta vez fue Levín el primero en llegar a la zona, muestra, guía, muestra… pero ya no estaba; de segundas, Orange nos la puso en bandeja y Aitor se hizo con ella; excelente cobro de Orange. Luego fuimos en busca de otra arcea que habíamos echado con Levín hacía unos días y que no pudimos ni tirarle; a ver hoy si estaba y se dejaba ver al menos. Esta vez la encontraron Bassucu y Fabio, pero cuando llegamos a ellos ya vimos que estaba unos metros más arriba Levín en muestra. Ya les había pegado un vuelo de unos treinta metros a los otros dos, estaban con el caliente. Apretamos para llegar a Levín y aunque no llegamos al perro bien, la arcea salió por delante, pero al girar, pude tirarle un tiro, con la suerte de tocarla y enseguida apareció Levín con ella. Con estas dos arceas en el morral, la gran pingadura y la que estaba cayendo, retornamos al coche y para casita.
Domingo – después de un par de días seguidos de caza, con los huesos húmedos aún y la previsión de temporal… ayer Aitor y un servidor descansamos. Pepín fue, echo un par de arceas, aunque no pudo hacerse con ninguna. Hoy retomamos la actividad; la verdad que el día estaba infernal, llevamos unas cuantas jornadas de caza consecutivas que el traje de agua es como una capa más de la piel. Al menos, para compensar, estamos echando alguna arcea con cierta regularidad y disfrutando de bonitos lances; como por ejemplo, los dos de hoy. La primera vi como se quedaba en muestra Bassucu unos metros por delante nuestro, Xana y Fabio a patrón y cuando nos acercamos, Bassucu con una mirada de “no os acerquéis más, que la vais a levantar…” pero ya se había ido, estaba claro que justo un instante antes, esa expresión del perro es de está, o acaba de levantarse. Unos minutos más tarde, ladera arriba, es Xana quien se queda en muestra. Llegan el resto del equipo canino a patrón, pero pronto Megan comienza, sutilmente, a intentar fijarla y ya nos damos cuenta que la arcea ya se ha ido alejando por patas; comienza un larga y bonita guía de la perra, yo escoltándola y atento al inminente levante de la arcea y tal cual; unos metros por delante, a “lo raposo”, levanta vuelo la arcea y de un buen tiro, me hago con ella. Megan, al igual que Levín, son perros bastante carniceros y no andan con sutilezas con la caza, no les dan margen a maniobras evasivas; lo que pasa que a veces se olvidan de nosotros, por lo que con ellos en ocasiones los lances salen bien como en esta ocasión, pero otras veces no tan bien ¡je,je! La otra que vimos hoy, fue mérito de Aitor y buen trabajo de Xana; el de dos patas porque decidió que teníamos que ir a mirar una matuca que nos quedaba bastante fuera de mano de la ruta establecida y la de cuatro patas porque fue llegar a la mata y nos la puso en bandeja; la suerte quiso que hoy fuese yo quien apretase el gatillo y la fortuna estaba de cara, un tiro certero y cobro de Bassucu de la arcea. El resto de la jornada no tocamos ni un rastro más. Pepín hoy solo podía salir un rato por la tarde y lo aprovechó bien; echó una arcea y pudo hacerse con ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario