Este fin de semana, ha sido muy similar para nosotros, todos hemos cogido una o varias mojaduras y casi nadie ha logrado colgar una pieza. El sábado Fran, J. Benito y yo nos fuimos a León en busca de las intratables perdices de nuestro coto. La climatología horrorosa, una vez más, agua, viento, niebla y más agua... Logramos echar un bando pero nos fue imposible tirarles, y no pudimos volver a verlas; se las tragó la niebla. La nota negativa de la jornada, la dió Brisa, mi perra, que se perdió sobre las 12:00 y nos fue imposible encontrarla en todo el día, teniendo que dejarla en el monte muy a nuestro pesar. El domingo esperaba que alguien me llamase para comunicarme que había encontrado una perra en el monte, pero desgraciadamente no fué así. El lunes regresé con Fran para intentar buscar a Brisa y afortunadamente, allí estaba ¡que alegría! Cuando nos fuimos el sábado había dejado mi camiseta en el lugar donde habíamos aparcado el coche, y allí nos estaba esperando.
Una vez guardado en el remolque a Brisa, iniciamos la jornada de caza. El tiempo era bastante más agradable que el sábado, así que decidimos subir a perdices; logramos volaralas en dos ocasiones pero sin opción a tirar. Sobre la una decidimos entrar en el monte y buscar alguna arcea; y tuvimos la oportunidad de echar dos veces la primera de la temporada; aunque no pudimos traerla para Asturias ¡je,je! La primera vez la mostró O'hara la perra de Fran (madre de Brisa) y la segunda vez Rey.
Esta temporada nos está costando bastante llevarnos una pieza al chaleco, espero que la tendencia cambie pronto ¡je,je! Afortunadamente los perros han estado en contacto con la caza en casi todas la salidas.
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