Martes: última
escapadita a Cantabria de la temporada, el mes pasado tuvimos que anular una por
motivos laborales, pero en esta ocasión se logró y con un resultado más que
satisfactorio teniendo en cuenta las fechas. Echamos tres sordas y conseguimos
hacernos con las tres, gracias a la excepcional actuación de Orange. Con la
primera, Aitor me avisó que Orange estaba en muestra, pero me encontraba
bastante alejado y decidí quedarme a esperar el pum ;-) que llegó…pero
acompañando de otros dos pum más, lo que me hizo dudar del resultado ¡jejeje!
pero el indio no había fallado; llego a él cuando la había cobrado y me comenta
que del primero iba tocada, pero quiso asegurar por si las moscas. Seguimos en
ruta y poco después de este lance comienza a sonar el collar de Orange, nos
apresuramos a llegar y ya vemos que están en muestra ambos, (Orange y Vito), él
se coloca por un lateral y yo salgo al claro por el otro lado, levanta vuelo la
arcea y conseguimos abatirla; una vez cobrada nos damos cuenta que habíamos
tirado ambos, pero los disparos sonaron al unísono. Bonito lance, aunque la
fortuna nos tenía uno más bonito aún para cerrar la jornada. Aproximadamente
una hora después, comienza a sonar, de nuevo, el collar de Orange, nos
dirigimos al perro abriéndonos bien para intentar llegar a la muestra del
perro lo mejor posicionados posible,
cuando llegamos ya vemos los tres en muestra (Orange, Vito y Bimba) la sorda
decide huir en un majestuoso vuelo rasante y el caso es que quedamos un poco
apijotados viendo lo preciosa que salía y por poco se va a criar ¡jejeje! un
tiro de Aitor y otro mío para asustar, y del segundo disparo logro abatirla.
Excelente jornada de caza por tierras cántabras, buen día, buen paraje y buena
compañía.
Jueves: la
jornada de hoy estuvo animada por la mañana, estuvimos entretenidos detrás de
dos, puede ser que tres arceas; para compensar… en la tarde ni rastro. Cuando
nos dirigíamos hacia la zona donde habíamos echado una arcea días antes, tanto
Levín, como Xana estuvieron en muestra, pero no vimos nada, rebuscamos por la
zona y no hubo fortuna; hablando luego con otro cazador, parece que por esa
zona hay una arcea desde hace tiempo, pero es de esas ligeras ¡jejeje! Cuando
llegamos al lugar donde queríamos, nos separamos para intentar que no nos la liase como la última vez, pero
el hombre propone y la becada dispone ;-) pronto comienza a sonar el collar de
Xana, Tino estaba cerca de ella y bien colocado; yo algo más alejado me
apresuro para acercarme, resbalo, culo al suelo y la arcea se levanta a un
metro de mí; le tiro desde el suelo los tres tiros y se va. Vamos en su busca y
es localizada por Levín, consigo llegar al perro, pero no lo veo claro e intuyo
que libra, y acierto; sale sin apenas darme tiempo a encarar, un tiro tapada y
aviso a Tino que va en su dirección; dos tiros y en el segundo observa que la
toca. Nos dirigimos a la zona donde la ve entrar y pronto suena el collar de
Xana, relajado pensando en el cobro, pega un bote, creo que se posa, no se
posa, coge altura dos tiros horriblemente tirados y sale de la mata de monte;
intuimos que se tiró cerca; así fue, al borde del monte los perros puestos en
el prao, guían, ponen, vuelven a guiar y seguimos esperando volverla ver y eso
que invertimos allí mucho tiempo, y no hubo forma. ¡Qué rabia! porque está tocada
y lo más probable que sea pasto del raposu. Entorno al medio día dimos con
otra, pero ni arrimase. Suena el collar de Xana y nos colocamos, pero ni Tino,
ni yo la vemos salir, y la perra rompe la muestra; estamos comentando la jugada
y comienza a sonar el collar de Levín unos cincuenta metros más adelante;
llegamos al perro y cuando creemos que estamos bien colocados, la escucho salir
por la espalda y sin margen para tirar; seguimos en su busca y después de un
rato comienza sonar el collar de Xana, pero ya no estaba tampoco y no
conseguimos volver a echarla. El resto de la jornada ni rastro.
Sábado: una
jornada en la que aprovechamos bien el día y en un par de cazaderos bastante
exigentes, sobre todo la primera parte del día. Echamos cuatro arceas vistas y
tocamos de otras tres; pero no hubo forma de verlas. La primera fue localizada
por Lola, luego se unieron el resto, pero la arcea ya había puesto tierra de
por medio. No dimos con ella por la zona y Lola se alejó en otra dirección
opuesta a la que llevábamos, así que decidimos separarnos. Pepín consiguió
tirar a una arcea puesta por Lola y Wolf, pero no pudo abatirla y no consiguió
volver a echarla; más entrada la mañana de nuevo tuvo los perros en muestra,
pero esta vez no vio nada. Mientras tanto, por mi parte, creo que volví a mover
la arcea que habíamos echado de mano; pero no la vi, aunque con lo que
aconteció un par de horas después todo apunta que sí. Y también tuve a Brisa y
Levín en muestra, pero sin ver nada; justo en ese instante volvimos a
encontrarnos en el monte; intentamos dar con ella entre ambos, pero nada de
nada. Seguimos ruta juntos y después de un rato, volvimos a topar con un
gamusino, Lola primero, luego Wolf y por último Brisa, estamos esperando aún
verla volar ¡buff! y sin pena ni gloria nos dieron las dos de la tarde sin
cortar pluma. Cuando regresábamos hacia el coche por un camino, se queda en
muestra Lola contra la cuneta, me avisa Pepín, la verdad que nos quedamos un
poco “sorprendidos”, había pasado Brisa, Levín y Wolf, ni se enteraron. Lola es mucha Lola, así que como pa no
hacerle caso, nos colocamos y de repente arranca como un misil una arcea,
afortunadamente la baja del segundo mi amigo y Lola la cobra en medio del
infierno, increíble la acción de la perra. Y la arcea, dos lances sin verla y
luego azorró lo no escrito, yo había pasado a medio metro de ella. Analizando
la jugada luego, todo indicaba que era la arcea del primer lance y que la eché
de segundas sin verla. Por cierto, vaya quemazo me cogí con Brisa, lleva la
segunda mitad de la temporada dando una de cal y otra de arena, en ocasiones no
hay quien entienda a estos perros.
Cambiamos de zona y se nos unió nuestro amigo Omar, nos
repartimos el cazadero, yo por un lado y Pepín y Omar juntos. Yo toqué rastro
de una, pero Xana no dio con ella, si es que estaba… Ellos tiraron a una que
les puso Wolf, pero no consiguieron abatirla y la rebusca fue infructífera.
Para el retorno al coche me uní a ellos y cuando ya dábamos por finalizada la
jornada, comenzó a sonar el collar de Wolf dentro de un pinar bastante cerrado;
Pepín acudió a la muestra del perro, mientras Omar y yo nos repartimos por
fuera para intentar cubrir la mayor parte de las posibles escapatorias; pero
estuvo muy fina y salió justo cuando me faltaban unos pocos metros para
llegar al lugar preciso. De segundas comenzaron a sonar todos los collares de
los perros, aunque fue de nuevo Wolf el primero en dar con ella, ahora Pepín
desde dentro del pinar tuvo opción y no la dejó escapar, poniendo el punto y
final a la jornada.
Domingo: hoy
pronto dimos con una arcea, aunque luego resultó ser la única de la jornada. Al
poco tiempo de adentrarnos en el bosque observé en la lejanía realizar una
maniobra a Brisa, como si hubiese visto volarse una arcea, yo lo único que
intuí fue una sombra. Mientras comentaba la jugada con Tino y decidíamos ir en
la dirección de la “sombra” comienza a
sonar el collar de Brisa y seguidamente el de Xana ladera abajo, me pongo en
marcha y Tino se queda más alto para intentar cubrir más en largo y poder verla
si no llego a tiempo. Cuando llego pronto guía Brisa y ya no estaba la arcea,
pero les debía de haber pegado un pequeño bote, porque en un minuto estaba de nuevo
en muestra, me coloco, sale la arcea y consigo abatirla de un tiro; el cobro un
poco delicado, pero anduvo fina Xana, que a pesar de no portarlas, sí que la
localizó. El resto de la mañana no vimos nada y decidimos dar la jornada de
caza finalizada sobre las dos, además hoy estaba el tiempo un poco asqueroso.
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