El sábado se abría la perdiz en el coto donde cazamos en Asturias, así que decidimos ir a probar suerte con las patirrojas; además elegimos una zona donde también hay riegas para la arcea. Y así fue, que nos dirigimos hacia la zona de perdiz, subiendo por dos riegas, bastante duras por cierto, Pepín por una y yo por otra; nos encontraríamos arriba y daríamos una mano a las perdices. De las perdices vimos rastros, tuvimos los cuatro perros puestos en una ocasión y estuvimos en tensión durante unos minutos con una guía de Golfo que parecía que nunca iba a terminar; pero desgraciadamente terminó y no con un final feliz, no vimos perdices, imaginamos que ya se habrían volado anteriormente.
Y con las arceas, Pepín consiguió abatir una después de que Lola se la mostrase; y tuvimos otro par de lances en los que no había arcea a pesar de las muestras de los perros. Una de Golfo, en la cuál había rastros recientes de becada, pero ni la vi, ni logré encontrarla. Y a Pepín le pasó algo semejante unas horas despúes; tanto Lola, como Lucas quedaron en muestra, pero la arcea ya no estaba.
Mencionar que hacía un viento de Sur que daba un asco increíble, cazar en camiseta a mediados de noviembre no es un buen síntoma para los becaderos; o el tiempo da un giro de 360º, o parece que no vamos a tener un buen año de arcea.
El domingo, como la cosa en el coto de Villaviciosa sigue como sigue, es decir, todo parado... pues nos fuimos para el coto de León. Que por cierto, parecía que el día anterior había estado animado, ya que hablamos con amigos nuestros y habían movido varias becadas, muy esquivas y sin dar casi oportunidades de tiro, pero que amenizaron la jornada cinegética. Con estas noticias esperanzadoras nos fuimos para allí, el día amanecía con una temperatura agradable, auque con un viento un tanto molesto. La jornada comenzó a las 8:30 y llegamos al coche a las 16:30, vamos que estuvimos ocho horas pateando el monte, y logramos abatir dos arceas a última hora del día; parecía que las arceas del día anterior se habían ido.
La primera la echamos tres veces, en las cuales en dos ocasiones la mostró Rey, pero ya no estaba y en la última ocasión la arcea se equivocó y en su huída de mí, le pasó por encima a Fran, que de un segundo disparo la abatió. Minutos después y ya cerca del coche; suena de nuevo el collar de Rey, me acerco, rompe la muestra y unos metros más adelante vuelve a quedar puesto, esta vez la becada sale cubriendose con los robles y escobas, disparo ambos tiros, pero nada. Vuelve a ser localizada por Rey, pero en esta ocasión la chocha sale antes de que llegue al perro; y por fin a la tercera vez, Rey la muestra e inmediatamente la arcea sale, pero en esta ocasión yo estoy cerca y afortunadamente en una buena posición, que me permite dispararle un tiro y abatirla. A media mañana también tuvo opción J.Benito de matar otra, pero le salió a la espalada y lejos, aún así logró tirar ambos disparos, pero sin fortuna; por más que buscamos, no logramos volver a localizarla.
Nos vinimos para Asturias bastante contentos, ya que viendo lo difícil que nos lo pusieron las arceas vistas, logramos abatir dos de tres.
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