Nada más adentrarnos al cazadero por un camín que va pegado a un pinar Golfo echó la primera que pude abatir, con un buen cobro de Lor. En ese momento Pepín y yo nos dividimos, él más alto y yo más por el fondo de riega. Poco después de separarnos Brisa localizó y mostró una arcea entre unas escobas, me costó llegar a ella un buen rato, pero esta arcea aguantó perfectamente; el que la cagó y bien cagada fuí yo, que me la tragué con patatas. Fuí en su busca y al poco rato, de nuevo Brisa la localiza y la trabaja bien hasta llegar a bloquearla entre unas cotoyas, llega Golfo y también se queda en muestra; pero esta vez la arcea sale bastante tapada y sólo logro tirarle un disparo que lo único que hizo fué asustarla y no conseguí volver a echarla.
Unos veinte minutos más tarde escucho tres disparos de mi compañero Pepín, Lor y Lola le habían mostrado una becada en un pinar, que no logró abatir, instantes despúes vuelvo a escuchar un tiro, otra vez que se le va; estaba rabiada la jodía. Finalmente la vuelven a poner los perros y esta vez la baja, con la mala suerte que cae en un bardial de escayos, en el cuál no logra dar con ella; más tarde me reuno con él y volvemos a intertar dar con ella, pero no lo conseguimos. Una pena, dejar una arcea muerta en el monte fastidia bastante. Una vez que ya estábamos juntos echamos otra arcea, que salió sóla y luego no conseguimos volver a echarla; y también vimos ratros de otra, que me pareció oirla salir, pero no logré verla.
Así que tuvimos una tarde entretenida con movimiento de arceas y con mala suerte por no lograr cobrar la arcea matada por mi compañero.
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