Este fin de semana ha estado entretenido, ya que hemos visto varias arceas y nos han dado bastante juego.
El sábado con Pepín, echamos siete becadas y conseguimos colgar cuatro. Al poco de comenzar la jornada, pudimos abatir dos arceas en un mismo pinar, una cada uno, después de un buen trabajo de los perros, y excelente cobro de Lor y Brisa, respectivamente. Más tarde, y una vez más esta temporada, fallé una arcea puesta por Brisa y patroneada por Golfo. La tercera en caer, nos dió bastante guerra, primero se voló sóla, luego la puso Brisa y Golfo, pero no pudimos tirarle, y finalmente la echó Golfo y pudimos tirarle cuatro tiros, callendo de ala a unos cien metros riega abajo de donde le tiramos; Pepín dictaminó que mi segundo disparo fué el que la tocó. La quinta becada de la jornada estaba intratable, mostrada por Lola, Lor y Brisa una primera vez, y ya no estaba; luego se voló sóla, mostrada en dos ocasiones más por Brisa, pero se volaba en segundos, sin poder llegar a la perra. A la quinta fue mostrada por Lola, Lor y Brisa; siendo esta última quien resolvió el lance, pero sólo dió opción a un tiro, lejano y tapada. La sexta ni arrimarse a ella, parecía un fantasma, fué mostrada por Lola y Lor en dos ocasiones, pero ni opción a encarar la escopeta. Y la última dama vista, fué muy bien trabajada por Lola y Lor, que la bloquearon a la perfección y fué abatida por mi amigo Pepín. Una jornada muy divertida.
El domingo nos fuimos a tierras castellanas, viendo el panorama que hay con el coto de Villaviciosa, le conseguí una tarjeta de invitación para Tino que aún no había sacado la escopeta de la funda este año y Moly estaba desesperada en la perrera. Fran cazó la zona más alta del coto y Tino y yo estuvimos más bajos. Hasta el medío día, cazamos con Moly, Jackie, Rey y Besta; luego dejamos en el remolque a los jovenzuelos que ya estaban agotados y seguimos con Moly y Rey.
Por la mañana cazamos una ladera soleada, pensando que quizás habría alguna pitorra tomando el sol, ya que la helada que había era de las buenas. Y tuvimos suerte. Rey localizó una arcea, que fue levantada por Besta, su primer contacto con las arceas; ya había mordido alguna, pero es la primera que levanta; y lo bien que le vino, porque se picó bastante y durante un buen rato nos deleitó con una búsqueda como si fuese un perro adulto. En la rebusca Moly y Rey pusieron otra pitorra, que ya no estaba, y que unos metros más adelante Tino logró abatir de un certero disparo y un buen cobro de Moly. Al rato dimos con la primera que habíamos echado pero en esta ocasión se levantó sóla y en una zona muy cerrada, seguimos en su busca y después de aproximadamente una hora, Rey la bloqueó, pero cuando nos dirigiámos a él, la chocha ya venía a nosotros, y de nuevo Tino de un disparo la baja; en esta ocasión es la joven Besta la que cobra la becada.
Por la tarde, no vimos nada hasta última hora que Rey puso una arcea en unas escobas, en las cuales la pitorra nos la jugó y levantó vuelo muy lejos del perro y de la escopeta, en la rebusca se voló sóla al paso de Tino que pudo ver la dirección que tomaba, y a la tercera fué mostrada por Rey y Moly; pero también nos la jugó ya que se cubríó muy rápido al salir y mis dos disparos se quedaron en un roble y el que pudo tirar Tino desde su posición, esta vez, no hizo blanco; no logramos echarla de nuevo. Luego nos encontramos con Fran que había logrado hacerse con una arcea, y le parecía que había echado otra, aunque no la había visto.
Fran, que por cierto, me había regalado por mi cumpleaños un pajarero hecho a mano por nuestro amigo Angel Lamar, una verdadera obra maestra. Gracias a ambos.
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