viernes, 18 de febrero de 2022

FEBRERO

En febrero sólo he podido salir un par de jornadas, una de ellas entretenida y la otra el día de cierre, todo lo contrario, cerramos con un doble cero. El resto de días hábiles del mes, Aitor y Pepín, han tenido un poco de todo, algún día bueno y otros menos buenos. Como ya comentaba el mes pasado este último tercio de la temporada no ha sido bueno para nosotros en general.

Jueves 3 feb. Hoy teníamos que cazar con un ojo en el reloj, ya que ciertos compromisos nos hacían tener que reducir la jornada de caza. Pero cuando tienes la suerte de acertar con los cazaderos, aunque dispongas de menos tiempo…es mejor aprovechado. La primera parte de la jornada echamos un par de arceas, alguna más debía haber por la zona ya que algún cazador apretó el gatillo en alguna ocasión relativamente cerca de nosotros. La primera fue puesta por Bassucu y Cleo, con el apoyo de Gitana y Fabio a patrón; todo apuntaba a que estaba muerta y la realidad es que ni tirarle; y con la sorpresa inesperada que unos metros ladera abajo levantó otra arcea más, con el mismo resultado. Fuimos en busca de la primera, pronto la puso Gitana, pero yo solo la puede escuchar salir y Aitor la vio de lejos. Seguimos en su busca y otra muestra de Cleo y Bassucu, pero ni verla. A la cuarta la pusieron Fabio y Gitana y finalmente a la quinta, fue la vencida, a muestra de Bassucu; está mal que lo diga yo, pero un buen disparo por mi parte ¡jejeje! Con esta en el morral, fuimos a intentar dar con la segunda, nos costó bastante localizarla; pero finalmente Cleo en un alarde de experiencia nos la localizó donde menos esperábamos y Aitor cumplió con el arma. Cambiamos de zona y la segunda parte de la jornada no estuvo mal; echamos un par de arceas, pero no nos dieron opción de tiro. La tercera del día la puso Cleo, pero sin dar tiempo a llegar la vimos volarse y de segundas, se voló sola muy por delante de nosotros sin opción a nada; no conseguimos volver a echarla. La cuarta fue localizada por Bassucu y Fabio, pero ya no estaba. De segundas fue Bassucu, de nuevo quien la encontró, pero cuando nos dirigíamos a la muestra del perro, la arcea levantó unos cuantos metros por delante del perro y a demasiados nuestros como para tirar. Parecía que no iba ser difícil volver a echarla, pero aún estamos esperando volver a verla.




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