lunes, 5 de diciembre de 2022

NOVIEMBRE

No ha sido un mes para tirar cohetes, para que nos vamos a engañar; pero a base de horas y horas y caminar y caminar, alguna pieza fue apareciendo.

La primera mitad del mes invertimos la mayoría de las jornadas de caza en la montaña, donde finalmente pudimos hacernos con alguna perdiz, se dejó ver algún bando más generoso en ejemplares y alguna conseguimos llevar al morral.

La segunda mitad del mes, destinamos las jornadas de caza, casi en su totalidad, a la arcea, tanto por Asturias, como por León, incluso una visita a la reserva de caza del Saja. Habíamos visto alguna pitorra por la montaña, pero con resultado favorable para ellas. Salvo en una ocasión, en una jornada compartida con Pepín, que después de jugárnoslas dos arceas, la tercera se vino para casa. Pepín que estuvo todo el mes por la montaña, siguió echando alguna más por esas altitudes y pudo hacerse con algunas. En León, en el roble, comenzamos a echar alguna pitorra los últimos diez días del mes, que se animó un poco el tema, pero para las fechas y la zona; no está siendo un año memorable. Por Asturias, es donde menos jornadas de caza hemos disfrutado este mes; tan solo un par de salidas; la primera cerrada con un clavo; echamos un par de arceas, pero ninguna se fue al morral y la otra, parecida en avistamientos, pero con mejor resultado, pudiendo abatir las tres arceas que vimos.

A continuación, os voy a detallar alguna jornada de este mes y os comparto alguna instantánea de este periodo.

Domingo 13: Buen día para la montaña, nublado, frío y sin precipitación…bueno para los perros, bueno para los cazadores 😉 Pronto tocamos rastros de un bando de perdices, pero como suele ser habitual con este bando, sólo nos dejan la mierda…incapaces de verlas; estar, están; pero incapaces de hacerlas volar; cierto es, que la zona donde se encuentran es favorable al doscientos por cien para ellas. Mas entrada la mañana visitamos una zona, donde hacía unos días habíamos tocado de otro bando, perros en muestra, pero no las habíamos llegado a ver, hoy comprendimos el motivo. Llegamos a la zona y pronto se quedan en muestra los perros, Bassucu, Fabio, Levín y Otto…nos vamos acercando Aitor y yo, y de repente, se levantan las perdices, un bando de 6 perdices; a unos cuarenta metros por delante de los perros y unos cuantos más de nosotros, por lo tanto sin opción a tiro, actuando así, imagino que morirán de viejas, pero no por plomo. A media mañana los perros nos volvieron a brindar un bonito lance, con un trabajo impecable por su parte, raro para estos chuchos que tenemos, pero bueno…a veces nos sorprenden. Realizaron una excelente guía a un bando de perdices en un escobal bastante tupido, cuando finalmente las perdices emprendieron vuelo, resultaron ser solo cuatro, que de todos modos, no nos dieron opción a nada. Por la tarde estuvimos entretenidos detrás de otro par de bandos, y esta vez, al menos pudimos apretar el gatillo. El primer bando se volaron solas, las escuchamos y las pudimos ver en la lejanía, fuimos en la dirección que volaron y se fueron a juntar con otro bando. En esta ocasión fue Fabio quien las localizó y mostró; pero no llegamos a distancia de tiro, y nos parecieron más de las que habíamos visto inicialmente; una vez vistos los rastros, sacamos en conclusión lo de que se habían juntado y así fue, también porque a base de revolver para adelante, atrás, arriba y abajo, fueron apareciendo algunas sueltas, gracias al buen trabajo de Fabio. Finalmente pudimos hacernos con un par de ellas, mejor dicho, Aitor; que yo fallé la que me dio media oportunidad. Intentamos dar con el bando que se había levantado sin haberles llegado a tirar, pero nos fue imposible volver a echarlas; la verdad que viendo la dirección que tomaron, se habían metido en el infierno; no las saca de allí nadie.

Jueves 17: Otro buen día para cazar por la montaña, aunque las perdices no nos dieron opción y cuando nos la dieron, no la aprovechamos. Echamos relativamente pronto un bando, bueno…se echaron ellas solas, ni los perros, ni nosotros estábamos “cerca”, de hecho, las vimos de casualidad cuando canteaban una peña; viendo donde iban…ni intentamos buscarlas. Más avanzada la mañana tuvimos en muestra a Gitana y a Haie por una zona, donde solemos echar perdices, pero que raramente nos dan opción al tiro; y hoy fue uno de esos días ¡jejeje! Al comienzo de la tarde Haie localizó un bando en una zona del coto que no habíamos tocado aún esta temporada, grata sorpresa, porque el año pasado, sólo habíamos visto alguna perdiz suelta por la zona; pero en esta ocasión se levantaron unas seis, siete perdices. La perra lo hizo muy bien, pero las perdices no nos dejaron recortarles a penas veinte metros, desde que el mando vibró indicando que Haie estaba a noventa metros en muestra; así que verlas volar y nada más. Se metieron en un leñero que para qué contaros, logramos volver a echar alguna, pero solo de oído…ni ver, ni mucho menos tirar. Cuando ya solo nos quedaba una zona por mirar, antes de retornar hacia el coche, comenzamos a ver rastros frescos e inmediatamente Gitana se quedó en muestra; me acerco a ella y me sale un bando a morir; lo que llevaba esperando desde el veintitrés de octubre; diez, doce rubias levantando a cinco metros del hocico de la perra; ni una ¡¡ni una!! Aitor en ese momento estaba un poco alejado no le había dado tiempo llegar al lance, llegó para escuchar mis rezos. Vamos en busca de una que se había tirado relativamente cerca, la localiza Gitana y Haie y esta vez conseguimos abatirla, un macho de medio kg y unos cien años 😉 Nos dirigimos en busca del bando, pero erramos en como entrar la canal donde nos parecía que podían estar y cuando las localizaron las perras; estábamos fatal y no pudimos tirarles.

Jueves 24: Hoy tocaba pitorrear…y pronto en la mañana tuvimos un par de lances, dos lances que se quedaron en nada. Un par de muestras de Bassucu, en dos zonas muy querenciosas, pero que lo único que había era mierda y no fuimos capaces de volver a echarlas. Bien entrada la mañana, Bassucu volvió a quedar en muestra, cuando estábamos llegando a su posición, rompe la muestra y seguidamente, unos metros más allá, se queda Fabio; nos acercamos a la zona; ya estaban con él, Bassucu y Otto a patrón; emprende la huida la pitorra y de un buen segundo disparo Aitor se hace con ella. Un rato después, desconocemos de donde, nos sobrevuela una arcea ladera abajo, imaginamos que los jovenzuelos, que andan un poco alocados, algo tendrían que ver…pero tampoco podemos asegurarlo. Vamos en su busca y es localizada por Bassucu, Otto se acerca, cautelosamente lo sobrepasa y se queda en muestra; Fabio respeta la muestra de ambos unos metros por detrás. A mí me cogió fatal colocado, demasiado encima de los perros (viendo que tenía a Otto a dos metros de mis botas, intentaba ver la pitorra en el suelo), llega Tito, patronea un instante; pero éste que es algo “impaciente” intenta resolver y no levanta vuelo nada; los veteranos pronto le dan salida al peón, ladera arriba y unos cuantos metros por delante levanta vuelo la pitorra, pero consigo alcanzarla de un disparo. Al rato, relativamente cerca de éste lance, Fabio se queda en muestra a unos setenta metros ladera arriba, pero cuando vamos llegando rompe la muestra, no llegamos a verlo puesto, ni tampoco nada volar; así que seguimos ruta. Pero al rato, Fabio vuelve a quedarse en muestra más arriba aún en una matuca de cuatro robles, en medio de una campera; llegamos a él y nos colocamos; viendo la muestra del perro, la tiene a un metro del morro. El resto del equipo canino están por ahí y no participa ninguno; hasta que decido tirar una piedra y justo entonces llega Tito, sale detrás de la piedra y casi pisa la arcea, que levanta vuelo y es abatida por Aitor. El resto de la jornada no tocamos ni rastro y aprovechamos hasta última hora; imaginamos que tuvimos la suerte de dar con estas tres pitorras que estaban relativamente cerca; ya que entre la primera y la tercera habría quinientos metros como mucho; y el resto de la jornada (cuatro horas) no tocamos ni rastro.

Martes 29: Hoy disponíamos de un par de permisos para cazar en la reserva del Saja, Aitor en un lote y yo en otro. A priori buenas zonas, buena fecha y viendo que parecía que se avecinaba un frente y cambio de tiempo, quizás podíamos ver alguna sorda. Aitor estuvo entretenido intentando dar caza a tres sordas que echó, gracias al buen trabajo de Fabio y Haie; pudo finalmente hacerse con una. Por mi parte, estuve también bastante entretenido; hoy me llevé solo a Gitana, a ver si este año ya coge la alternativa y hoy estuvo a la altura de mis expectativas; cierto es, que el cazadero era bueno de andar, había caza y los lances fueron espaciados, pero continuados en la jornada. Al adentrarnos en el monte, ya tocó de rastros de pasteo la perra, y por un instante, creí que la primera no se iba hacer de rogar mucho cuando vi a Gitana en muestra contra una orilla de pradería y monte, que ponía “arcea segura” ¡jejeje! Una vez que ya nos adentramos en el bosque, la perra cazó bien y no tardó mucho en localizar lo que podría ser la primera de la jornada, muestra Gitana a unos ochenta metros de mí, ladera arriba; pero rompió la muestra antes de que llegase a ella, y ni vi, ni escuché nada; así que seguí ruta. Un rato después, Gitana se quedó en muestra, apuntaba a un acebo de buen tamaño y bastante tupido; tenía que escoger, cubrir un lado u otro; cuando levantó vuelo la sorda estaba en el acebo contiguo; del lado que no cubría ¡jejeje! Nos fuimos en su busca y de camino me encontré con otro cazador; justo acababa de tener sus perras en muestra, pero no la había visto levantar, todo apuntaba que era la que instantes antes había echado. Estuvimos charrando un poco y seguimos ruta; por cierto, gente con la que te encuentras en el monte y da gusto compartir un rato de charla. Pronto me vuelve a indicar el mando que Gitana estaba en muestra unos sesenta metros ladera arriba y cuando iba acercándome, ya escucho al cazador que me había encontrado avisarme, ¡asturiano! ¡asturiano! ¡las perras están puestas aquí! Muy amablemente me cede la posición ventajosa para tirar y él realiza el trabajo “sucio” de arrimarse a las perras y hacer levantar la sorda, que abato de un disparo y que cobra su perra. Un placer haber coincidido, señor Iglesias. Cada uno sigue su ruta y al medio día, Gitana vuelve a poner otra sorda; esta vez me aproximo a ella y justo cuando llego, levanta vuelo unos metros por delante, pudiendo hacerme con ella. Hasta casi última hora no volvimos a tocar rastro; pero Gitana hoy quería darme la oportunidad del cupo y volvió a ponerme otra sorda. Cuando llegué a ella y la vi; ya me parecía que el resultado iba depender de la ruta de huida de la sorda; una zona muy espesa de acebos, la perra apuntaba a un lateral, cubrí esa zona…pero la sorda apeonó y levantó por el otro lado; cuando logré verla le tiré un par de tiros, pero sin fortuna. En la rebusca se levantó sola y ya no nos dio opción a un tercer levante, por la hora que era y la ruta que cogió. Lástima no haber podido dar la recompensa a Gitana, que hoy realizó un buen trabajo; no como el dueño 😉













No hay comentarios:

Publicar un comentario