viernes, 16 de noviembre de 2012

JUEVES 15 DE NOVIEMBRE

Alejandro, Juan y un servidor.
 Este jueves pude arreglármelas para poder escaparme a cazar medio día, y en esta ocasión me acompañó Alejandro y Juan, fiel acompañante y maestro de su hijo. El día amanecía caluroso, debido a este maldito viento del Sur, que tan poco nos gusta a los cazadores de arcea del norte.
La mañana se animó pronto, ya que cuando apenas llevábamos una hora en el monte, el collar de Brisa comenzó a sonar y nos hizo correr un poco hasta poder localizarla, pero cuando llegamos, la arcea ya no estaba. Estuvimos un buen rato intentando dar con ella de nuevo, pero no hubo suerte.
Y la mañana fue pasando sin pena ni gloria, mucho calor y ni un maldito rastro de arcea, hasta casi la una del medio día que Brisa se adentró en un escobal y de allí salió una becada que no espero ni a la perra, salió sola y bastante por delante de la perra, lo que hizo que no nos diese opción a nada, pero fuimos en su busca, en esta ocasión debió de posarse y con las mismas huir de nuevo ya que cuando llegamos a la zona que parecía que se hubiese alojado, los cuatro perros que llevábamos se quedaron en muestra, pero la arcea ya no estaba y la rebusca fue infructífera. Así que nos quedamos con las ganas…
Como dice el dicho, “cuando menos lo piensas, salta la becada” jejeje!!    Y así fue, llegando casi al coche, Brisa comenzó a dar rastro en una mata y unos metros por delante se quedó en muestra unos segundos y comenzó a guiar, unos metros por delante se levantó una arcea, que afortunadamente pude abatir.  Ese fue el broche final a una jornada muy calurosa y de momento una temporada con escasez de becadas en nuestro coto, esperemos que en esta próxima luna los vientos sean favorables y se anime un poco la temporada.

Rey y Brisa, con la arcea de la jornada.

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