Con Jorge, y Brisa y Besta. |
Puedo
resumir la jornada del sábado, como una jornada aburrida y pasada por agua, mucha
agua… Cacé en compañía de mi amigo Pepín
y estuvimos en un cazadero de entrada y el resultado fue nefasto, no vimos ni
un triste rastro. Entre la gran mojadura y que el día no estaba para cazar,
decidimos dar por finalizada la jornada sobre la una y media e irnos para casa.
Al día siguiente nos íbamos para León, así que tanto los perros como nosotros
estaríamos más descansados y lo agradeceríamos.
El
domingo me fui para el coto de León, en esta ocasión, me acompañó un amigo y
compañero de trabajo, Jorge, no es cazador pero quería disfrutar de un día de
monte, parece ser que se lo pasó bien, veremos si repite… porque la jornada fue dura, aunque al menos
no llovió.
El día
comenzó muy animado, ya que apenas había trascurrido media hora y el collar de
Brisa se puso a sonar, me llevó un rato llegar a ella y justo cuando estaba
llegando ya escuché como la pitorra se levantaba y la perra corría tras ella,
pero no logré verla, dedicamos prácticamente una hora a su rebusca, pero no
conseguimos localizarla. Proseguimos con la marcha y no volvimos a tener
contacto con otra hasta el comienzo de la tarde, cuando de nuevo el collar de
Brisa sonó y rápidamente me acerqué a ella, esta vez me llevé una alegría al
ver que Besta también estaba en muestra unos metros más abajo, la arcea salió
en medio de las dos perras entre unas escobas y de un rápido disparo logré
abatirla. Seguimos cazando hasta casi las cinco de la tarde, pero no vimos nada
más.
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